“La tolerancia hace que respetemos el derecho que tienen las personas de expresar sus opiniones y de participar en la vida de la comunidad, aun cuando creamos que sus puntos de vista están equivocados. La tolerancia puede ser entendida como un conjunto de valores que permiten el respeto a aquello con lo que no estamos de acuerdo, el respeto a lo que no nos gusta, a lo diferente”, dice el estudio.
Una de las dificultades recurrentes por las que atraviesa la sociedad boliviana, en estos cinco años de las más de dos décadas de sistema democrático, es la explosión cada vez más intensa de expresiones de intolerancia. Existe intolerancia hacia las manifestaciones sociales o las protestas públicas, hacia la diversidad cultural, hacia las diferencias políticas.
Se ha afirmado que en el contexto latinoamericano y en una perspectiva comparada, Bolivia es el país cuya población tiene el menor promedio de tolerancia. En una escala del 0 al 100, el país figura con un promedio de 42.
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