¿En qué se parece un sitio periodístico de Internet a la mente humana? En que ambos fluyen. La mente es una corriente. Un cauce. Pensar es derivar, es navegar. Lo cual no necesariamente implica navegar a la deriva. Pensar es ese tránsito interior, esa corriente. Desde esa perspectiva, las páginas de Internet, y muy específicamente las páginas periodísticas de Internet capturan a la mente, porque existe entre las pantallas y en la naturaleza profunda del acto de pensar una isomorfía estructural. Los contenidos de Internet que advienen a las pantallas, y esencialmente a las pantallas periodísticas que hacen del "último momento" el pivot lógico de su sistema de edición, atrapan psicoperceptivamente al navegante, porque ese es el mismo pivot lógico de su corriente mental. (No es idéntico, para ser precisos, pero es análogo). El sistema operativo de la mente humana comienza con la atención. Imaginemos a alguien viajando en el subterráneo, por citar una situación en la que el viajero viaja a la vez por su propio pensar. Su itinerario mental está azuzado por lo que ve. Lo que ocurre en su derredor a cada instante estimula sus cavilaciones, moviliza recuerdos, despierta ideas. Pensar es deambular mentalmente en una dirección o en otra, según una modalidad hipertextual. El estímulo exterior, los hechos, promueven una navegación interior, que puede sondear en profundidades o plantarse meramente en la superficie. Así una pantalla que emana noticias como una cascada cronológica que pone en circulación lo que va aconteciendo funciona de manera análoga a la maquinaria natural del flujo mental. Alguien puede fijar su vista un instante en la noticia de último momento y dejarla pasar, o ingresar en ella, y recorrerla, digamos por dentro.
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