Nicolas Sarkozy, que mañana asumirá la presidencia de Francia, dejaba ayer la presidencia de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y se concentraba en su primer Gobierno. Lo encabezará François Fillon, tendrá un máximo de 15 carteras y contará con figuras de la izquierda, que incluso podrían ser miembros del Partido Socialista (PS) como Bernard Kouchner, a quien ha propuesto Exteriores. "Mi deber es dejaros", dijo ayer ante el Consejo Nacional de la UMP. "Se me parte el corazón, pero lo hago porque creo que es la única manera de servir bien el interés de Francia".
Sarkozy cerraba ayer un capítulo, el de líder del partido creado en 2002 a iniciativa de su predecesor en el palacio del Elíseo, Jacques Chirac, para articular una mayoría conservadora que le permitiera gobernar holgadamente, y que acabó convirtiéndose en la plataforma que le ha llevado a la presidencia francesa. Ante unos 2.000 cargos de la UMP, en París, Sarkozy escenificó un curioso acto de despedida y les confirmó los rumores que han llenado las crónicas políticas estos últimos días; a saber: que hay muchas menos carteras ministeriales a repartir y que algunas serán ocupadas por gentes venidas de fuera, tal vez incluso por gente procedente de las filas enemigas.
Tiene "la obligación moral" de dejar la jefatura de la UMP, les dijo, porque el presidente de la República debe "encarnar la autoridad del Estado y hablar por todos los franceses, de modo que nadie pueda dudar de su imparcialidad". El partido queda en manos de una dirección colegiada compuesta por el actual vicepresidente, Jean-Claude Gaudin; el secretario general, Pierre Méhaignerie, y Brice Hortefeux, un hombre de confianza de Sarkozy. La elección de una nueva dirección queda a expensas de la elaboración de unos nuevos estatutos y probablemente no estará en manos de una sola persona. "No debéis tener miedo de perder vuestra personalidad y vuestro espíritu porque otros se unan a la mayoría presidencial", les dijo.
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