miércoles, julio 11, 2007

Un nido de simpatizantes de Al-Qaeda en pleno Islamabad

En los suburbios arbolados de Islamabad donde está situada la Mezquita Roja, cerca de las embajadas extranjeras, nadie parecía haberse dado cuenta de que ese lugar se había convertido en un nido de radicales integristas vinculados a Al-Qaeda. Los grupos de estudiantes armados con garrotes y las mujeres cubiertas por burkas sorprendieron a los habitantes del barrio cuando iniciaron, hace unos meses, una campaña de moralización. Sus acciones, como quemar montones de discos compactos musicales y secuestrar a personas en supuestos burdeles, provocaron temor de que se extendiera el extremismo proveniente de las regiones tribales fronterizas con Afganistán. Sin embargo, el líder de la mezquita, Abdul Aziz, y su hermano Abdul Rashid Ghazi, dos clérigos con viejas relaciones en el aparato militar, eran considerados más como predicadores que como hombres de acción, a pesar de sus vínculos con los talibanes afganos. Cuando el miércoles pasado Aziz intentó escaparse de la mezquita disfrazado de mujer, la situación pareció hasta cómica.
Al atacar la mezquita, incluso los oficiales de seguridad, que conocían los vínculos de ésta con los extremistas, quedaron asombrados por la ferocidad de la resistencia. Más aún, quedó abierta la sospecha de que en el interior del recinto religioso había altos responsables extremistas. Durante el fin de semana, algunos ministros declararon que varios extremistas "extranjeros" se encontraban en el interior, según los términos utilizados por los responsables paquistaníes para referirse a los rebeldes vinculados a Al-Qaeda. Según fuentes oficiales, algunos comandantes se encontraban en el interior de la mezquita, en particular miembros del grupo Hartatul-Jihad-e-Islami, implicado en el asesinato del periodista norteamericano Daniel Pearl y en una tentativa de asesinato del presidente paquistaní, Pervez Musharraf. Ghazi y Aziz negaron siempre la presencia de extremistas. Y afirmaron que en la mezquita había sólo 7000 estudiantes varones y 3000 alumnas, de entre 10 y 25 años, originarios en su mayoría de la región conservadora tribal del noreste de Paquistán.
En 2005, la policía había encontrado armas en un vehículo perteneciente a Ghazi, lo que llevó a la detención de varios sospechosos. Ghazi fue acusado entonces de terrorismo, pero esa acusación no prosperó luego de la intervención del ministro de Asuntos Religiosos, Ijaz-ul Haq, hijo del ex dictador Zia-ul Haq. Los hermanos Aziz (detenido el pasado miércoles) y Ghazi (muerto ayer) compartían un largo pasado de relaciones con el régimen y su política geoestratégica en la región. Ambos son hijos del maulana (maestro) Mohammed Abdullah, un ferviente defensor de Osama ben Laden y de los talibanes, que fue asesinado en la Mezquita Roja en 1998. Desde ese momento, Ghazi se comprometió con las actividades del centro islámico. Es que quienes lo conocían afirman que el clérigo, de 43 años, se radicalizó tras el asesinato de su padre. Sus profesores recuerdan que cuando era estudiante no mostraba ninguna señal de ser un radical, pero luego terminó durmiendo con un Kalashnikov junto a su lecho. Después de la universidad, Ghazi contrajo matrimonio con una mujer que pertenecía a una familia moderada. Llevaba un estilo de vida más bien occidental, obtuvo un puesto en el Ministerio de Educación y también trabajó para la Unesco. Pero en 1998, cuando su padre fue asesinado, la personalidad de Ghazi cambió completamente. Se unió a su hermano en la dirección de la Mezquita Adjunta y fue nombrado subjefe. Ya en 2001 tenía relaciones estrechas con militantes favorables a los talibanes y hacía campaña contra la decisión del presidente Musharraf de respaldar a Estados Unidos en su invasión de Afganistán. De acuerdo con sus colegas, en 2004 escapó de un atentado. Desde entonces no abandonaba su Kalashnikov ni siquiera por la noche. Así fue que Ghazi y su hermano Aziz se comprometieron por completo en la lucha para que Paquistán se convirtiera en un Estado islámico.

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