El pueblo paquistaní necesita ayuda ya, si no más gente morirá víctima de las inundaciones. Los expertos en este tipo de catástrofes advierten que la devastación es de tal envergadura que supera al tsunami que en la Navidad de 2004 azotó la costa del Pacífico o incluso al terremoto de Haití. Naciones Unidas (ONU) necesita 460 millones de dólares (unos 353 millones de euros) para atender a 15 millones de personas vulnerables. Y sólo para empezar a lidiar con la crisis.
Conforme pasan las horas, se tiene más clara la dimensión de la catástrofe. Un "mega desastre" humanitario que requiere de una "mega respuesta" de la comunidad internacional, según la organización no gubernamental Oxfam. No es la única agencia que hace un llamamiento para que se movilice ayuda cuanto antes, ante la lenta reacción inicial que han visto hasta ahora por parte de la ONU y de las potencias occidentales.
De hecho, los primeros en movilizarse ante el desastre fueron los países islámicos, mientras el presidente de Asif Ali Zardai estaba de gira por Europa. El líder pakistaní ha salido al paso de las críticas, diciendo que el viaje fue clave para que su petición de ayuda llegara más fuerte y conseguir movilizar a la comunidad internacional ante la mayor crisis en la historia del país.
Un desastre que, como denunciar la Cruz Roja, "está fuera de control". Los esfuerzos de la acción humanitaria, según los expertos, deben concentrarse en mantener a la gente con vida, suministrando la ayuda mínima necesaria para que puedan sobrevivir y evitar que las enfermedades causen más estragos. No se trata sólo de atender, si no de vigilar.
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