Ayer, varios medios italianos aseguraron que el Pontífice está peor que cuando estuvo hospitalizado y se teme que deba volver al Policlínico Gemelli.
Orazio Petrosillo, vaticanista del diario Il Messaggero, confirmaría con esta información los rumores que circularon el lunes en la noche sobre una nueva hospitalización del pontífice e inclusive de que estaba agonizando.
Según el mismo diario, hasta el fiel secretario particular del pontífice, monseñor Stanislaw Dziwisz, ha perdido el optimismo y le confió a un sacerdote polaco que "ore por el Papa porque su estado de salud se agrava". Por su parte, los médicos que cuidan al jefe de la Iglesia católica intentan tranquilizar a los católicos de todo el mundo y aseguraron que "no hubo ningún agravamiento en los últimos días" de su estado de salud general. La convalecencia iniciada después de la traqueostomía continúa con altibajos, sostiene por su parte el Corriere della Sera.
El diario La Repubblica hablaba en cambio de una crisis respiratoria debido "probablemente a la acumulación de mucosa en la garganta". Otros diarios sostienen que la cánula que le instalaron el 24 de febrero en la tráquea para ayudarle a respirar fue cambiada, lo que le provoca dolores y molestia. En ese clima de incertidumbre, alimentado por la ausencia de noticias oficiales del Vaticano, numerosos rumores se propagaron en Roma, los cuales fueron desmentidos por fuentes autorizadas, que aseguraron que todo estaba normal.

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