lunes, abril 24, 2006

La explosión en reactor de Chernobyl podría causar otras 93 mil muertes

Científicos rusos advierten de 270.000 casos adicionales de cáncer. Se genera debate sobre desarrollo de tecnología nuclear en el mundo. Trágica e imborrable es la fecha del 26 de abril de 1986, cuando la central nuclear de Chernobyl, ubicada en la antigua Unión Soviética, fue escenario del peor accidente ocurrido en una planta de este tipo. Ese día unas explosiones en uno de los reactores nucleares arrojaron grandes cantidades de material radiactivo a la atmósfera que no solo afectó las cercanías, sino que se diseminó por grandes extensiones del hemisferio norte, especialmente por los países de la antigua URSS y del noreste de Europa.

Pese al tiempo transcurrido, la alta mortandad y los estragos sobre la salud que aún causan los residuos de esa mortífera radiación se han convertido en el centro del debate. Expertos e instituciones ambientales, basados en informes científicos, calculan entre 60.000 y 93.000 los muertos que dejarán los distintos tipos de cáncer, como consecuencia de la mortal radiación, mientras que informes más conservadores, como el de la Organización de las Naciones Unidas, afirman que serán cuatro mil los fallecidos atribuibles a las radiaciones.

Greenpeace advirtió que además de la alta mortandad que ya dejó Chernobyl, podría causar otros 93.000 decesos y denunció que la ONU ha restado importancia conscientemente a la gravedad de las consecuencias de la catástrofe. También califica de muy realista un estudio publicado este año por la Academia Rusa de Ciencias que habla de 270.000 casos de cáncer suplementarios que "acabarán probablemente en 93.000 muertes en Ucrania, Bielorrusia y Rusia".

Un informe elaborado para los llamados verdes europeos con base en un estudio presentado por el científico británico Ian Fairlie en el Parlamento Europeo, advirtió que serán entre 30.000 y 60.000 personas las que morirán de cáncer como consecuencia de la catástrofe.
El científico denunció que los estudios "inaceptables y no científicos" realizados por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) minimizaron esos daños al limitar sus resultados al año en que se produjo la catástrofe, analizar solo los territorios de Rusia, Ucrania y Bielorrusia y evaluar únicamente las altas dosis de radiactividad.
¿ENERGÍA SEGURA?
Entretanto, a más de 20 años de esa tragedia ha surgido un gran debate sobre el desarrollo de la tecnología nuclear en el mundo. Mientras los partidarios de los programas nucleares declaran estar satisfechos con el sistema de seguridad en las centrales, los detractores denuncian la decrepitud y, por cierto, inseguridad de las instalaciones. "La energía nuclear civil es, sin duda alguna, más segura que en 1986", afirmó Ken Brockman, director de seguridad de las instalaciones de este sector energético en el Organismo Internacional de Energía Nuclear (OIEA). También la Autoridad de Seguridad Nuclear (ASN) francesa estima en su informe anual que Francia y en general Europa han hecho grandes progresos desde Chernobyl. Jean Bernard Cherié, subdirector del Instituto Francés de Radioprotección y Seguridad Nuclear (IRSN), remarca que la situación ha mejorado también con la aplicación de varias convenciones internacionales.

Este optimismo no lo comparten las organizaciones opuestas a la energía nuclear. Están de acuerdo en que ha habido progresos en algunos puntos gracias a Chernobyl, pero están convencidas de que la situación se ha deteriorado en otros aspectos. Para la red Salir del Nuclear, que congrega a 720 asociaciones francesas, "el peligro de un nuevo Chernobyl es hoy más alto que nunca, particularmente en Francia, donde los reactores no solamente están envejeciendo, sino que están sometidos a importantes planes de restricciones presupuestarias". Un portavoz de la asociación ecologista Greenpeace, Frédéric Marillier, denunció asimismo el envejecimiento de los reactores nucleares en el mundo.
SEPA MÁS
Más de 400.000 trabajadores soviéticos combatieron durante semanas la radiación en condiciones paupérrimas --sin trajes ignífugos ni cascos-- lo que les causó a muchos la muerte o la invalidez de por vida.
4Greenpeace estima en 200.000 las víctimas mortales en Ucrania, Rusia y Bielorrusia hasta el 2004. La nube radiactiva alcanzó también otros países europeos como Suiza, donde aún es detectada la contaminación.

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