Más de cuatro años después de la ofensiva lanzada por Estados Unidos para derrocar a Saddam Hussein, la situación en Irak es complicada, como mínimo. Pero el presidente George W. Bush se apoyó ayer en un ambiguo informe preparado por su propio equipo para afirmar que Estados Unidos todavía puede ganar la guerra y que hay "motivos para el optimismo", lo que fue repudiado en cuestión de horas en el Capitolio. El informe analizó a pedido del Congreso 18 "parámetros" políticos, económicos y sociales que los iraquíes debían mejorar en estos meses. Reflejó parálisis en 8, señales mixtas en 2 y algunos escasos avances en los 8 restantes. Semejante saldo fue más que suficiente para que Bush pidiera más tiempo y paciencia ante la ofensiva, horas antes de que la Cámara de Representantes desafiara su amenaza de veto y enviara al Senado una ley para ordenar el repliegue de todas las tropas entre octubre y abril de 2008. "Es probable que los que creen que la batalla en Irak está perdida señalen el desarrollo insatisfactorio de algunos de los parámetros políticos", dijo Bush al presentar el informe. "Aquellos que creemos que la guerra en Irak puede y debe ser ganada vemos una evolución satisfactoria en varios de los parámetros de seguridad como una causa para el optimismo", desafió. Su conferencia de prensa irritó aún más, si eso es posible, a los demócratas y a un grupo creciente de legisladores republicanos cuyas bancas se pondrán en juego en las elecciones de noviembre de 2008.
El líder demócrata en el Senado, Harry Reid, se mostró escéptico sobre la rigurosidad y objetividad del informe oficial. "El gobierno iraquí no alcanzó los objetivos políticos clave que se trazó a sí mismo y las fuerzas de seguridad iraquíes siguen por debajo de las expectativas", enumeró. El informe sobre Irak se hizo público el mismo día en que la prensa norteamericana divulgó un análisis de los servicios de seguridad que sostiene que Al-Qaeda es actualmente tan peligrosa como lo era en tiempos de los atentados del 11 de Septiembre. Por eso, para los republicanos, que perdieron el control del Congreso en noviembre de 2006, el futuro se asoma complicado para las elecciones de 2008, cuando también se pondrá en juego la Casa Blanca. "Si no cambiamos algo, los demócratas nos van a barrer", dijo uno de sus estrategas en el Senado a LA NACION. Bush, sin embargo, afirmó que es prematuro hablar de un retiro de las tropas de Irak hasta que el general David Petraeus presente su reporte en septiembre. Sólo entonces, dijo, evaluará "tomar otra decisión, si es necesaria" sobre la permanencia o el repliegue militar. "Para septiembre tendremos una visión más clara de cómo se está desarrollando la nueva estrategia y estaremos en una mejor posición para juzgar si necesitamos hacer ajustes", argumentó Bush, e insistió en que el despliegue de otros 35.000 soldados en Bagdad, para llevar el total en Irak a 160.000, recién acaba de completarse.
Para demostrar su compromiso con Medio Oriente, el mandatario anunció que la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el de Defensa, Robert Gates, viajarán a la región a principios de agosto. Gates se vio obligado a cancelar su gira por América latina, prevista para estos días, para poder preparar un informe que debe presentar y defender ante el Congreso. "Teníamos todo listo, con agenda confirmada, discursos, todo, pero Irak es algo serio", dijo a LA NACION uno de los voceros del Pentágono. El informe que difundió ayer la Casa Blanca expuso, entre otros ejes, que el gobierno de Nouri al-Maliki sigue sin mostrar avances en la reconciliación política del país y en la sanción de una ley que defina cómo se repartirán las regalías petroleras entre sunnitas, chiitas y kurdos. Bush reiteró su ya conocido argumento de que Irak es parte de una "lucha más amplia" contra Al-Qaeda e Irán. "Todos estos grupos extremistas se verían envalentonados por un retiro estadounidense precipitado, que confundiría y asustaría a nuestros aliados en la región", dijo. Sin embargo, la CIA arribó a conclusiones distintas: Al-Qaeda posee la misma capacidad operativa o más que en septiembre de 2001, a pesar de la "guerra global contra el terrorismo". Y en Irak la "incapacidad del gobierno para gobernar parece irreversible". Durante un encuentro con el Grupo de Estudio de Irak, el director de la CIA, general Michael Hayden, dijo que no podía señalar ningún parámetro o punto de referencia "donde se pueda dar vuelta la situación", según reveló el periodista Bob Woodward en The Washington Post.
Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires

No hay comentarios.:
Publicar un comentario