La primera vez que pasa en el último medio siglo

Felisa Miceli logró diferenciarse de sus predecesores de los últimos 50 años: dejó el cargo de ministra por tener que presentarse a dar explicaciones ante la Justicia nada menos que en una declaración indagatoria por un hecho en el que se investiga la probable comisión de delitos. La historia de las salidas de los ministros de Economía tiene, por lejos, un común denominador: el fracaso de la política económica. También hay varios casos de internas entre funcionarios del mismo gobierno, historias de celos o, simplemente, cambios de mando en el sillón presidencial. No hay antecedentes de que fuera una citación en una causa penal -en la que se investigan eventuales delitos cometidos en ejercicio de la función- la que empujara la renuncia de un ministro de Economía. "En la mayoría de los casos, los recambios de los ministros han tenido que ver con fracasos de un determinado plan económico.

Recuerdo el caso de Lorenzo Sigaut [ministro entre abril y diciembre de 1981, durante el gobierno de facto de Roberto Viola], que se fue ante el fracaso de la política frente al dólar", dijo el profesor de la Universidad de San Andrés y presidente honorario de la Sociedad Internacional de Historia Económica Roberto Cortés Conde. Juan Sourrouille, ministro del entonces presidente Raúl Alfonsín, entre febrero de 1985 y marzo de 1989, se retiró cuando explotó el plan Austral. Celestino Rodrigo, que ocupó el cargo entre junio y julio de 1975, durante el mandato de María Estela Martínez de Perón, también se marchó después del fracaso de políticas ortodoxas. Domingo Cavallo -ministro de Carlos Menem- y Roberto Lavagna, antecesor de Miceli en el cargo, abandonaron el Palacio de Hacienda en medio de marcados entredichos con Menem y con Néstor Kirchner, respectivamente. Roque Fernández, también funcionario de Menem, dejó de ser ministro cuando terminó el mandato del riojano.

Fuente: Diario La Nación de Buenos Aires