No se espera un encuentro cordial y mucho menos amistoso. Una reunión tensa pero histórica se verá desde hoy, a las 15, en el Comité de Descolonización del edificio de las Naciones Unidas, en pleno corazón de la isla de Manhattan. A 30 años de la Guerra de las Malvinas, un grupo de representantes de la Asamblea Legislativa del archipiélago se verá cara a cara con un presidente argentino.
Cristina Kirchner encabezará el encuentro, en el que ambas partes reclamarán lo que consideran sus respectivos derechos: los habitantes de las islas exigirán en la ONU la autodeterminación de los pueblos, al ratificar su alineamiento con la corona británica, y la jefa del Estado reclamará a Gran Bretaña que se siente a dialogar por la soberanía argentina en el Atlántico Sur.
Ambas partes llegan a este encuentro en medio de un contexto beligerante. El primer ministro británico David Cameron ayer expresó que esperaba que los isleños "hablen fuerte y que la Argentina los escuche" (ver aparte).
Mike Summers, representante de las islas, viajó a Nueva York para esta reunión y ayer adelantó a LA NACION que hará "todo lo posible" por cumplir con el deseo de Cameron: explicará al mundo la idea de hacer un referéndum el año que viene en las islas para "reafirmar el derecho humano fundamental de vivir libremente, como está contemplado en la carta fundacional de las Naciones Unidas". A su lado, en el lobby del hotel Hilton, Roger Edwards, también representante de la Asamblea de los kelpers, expresó: "La voz de los isleños es la que más importa, y por ello creemos que el referéndum dejará en claro que somos la parte central de esta negociación que debe ser tomada en cuenta".
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