BRASIL: PARTIDO DE LULA ESTA POR FRACTURARSE

El Partido de los Trabajadores va en camino de quebrarse en grandes pedazos. Las peleas internas son cada día más feroces e involucran al presidente brasileño. Desde Brasilia, Lula da Silva dio luz verde el sábado para constituir una corriente bautizada "refundación democrática": su misión será quitar el control del aparato partidario de las manos del ex ministro José Dirceu, quien todavía domina la actual dirección del PT.En esa tendencia afín a Lula están hombres conocidos como Marco Aurelio García, asesor internacional del presidente; los ex ministros Tarso Genro y Ricardo Berzoini y el senador Aloizio Mercadante. El sábado, el grupo firmó un manifiesto donde propone un "profundo" cambio partidario; hablan de la "transición" hacia un nuevo modelo de desarrollo pero predica "la estabilidad macroeconómica". O sea, defiende la política económica.La iniciativa que partió del nuevo círculo íntimo del presidente Lula da Silva tiene como meta central desplazar a Dirceu, ex hombre fuerte brasileño que cayó por las denuncias de corrupción en el gobierno y cuya vida política ese mismo gobierno considera terminada. Esa carrera por recuperar la dirección del partido responde a las urgencias de Lula para presentarse como candidato a la reelección en el 2006. Frente a estos dos bloques, a su manera "continuistas", un tercer sector anunció que se irá a desgajar del PT. Está integrado por 9 legisladores de primera línea, disconformes con la actual dirección y con la que pretende imponer el grupo de Lula da Silva. Son 6 diputados, entre ellos, algunos muy conocidos como Ivan Valente y Chico Alencar. Afirman que el PT conquistó a la sociedad brasileña a partir de sus luchas por las mujeres, los negros, los indios, los pobres y la ecología. En la visión de este sector, la actual dirigencia del PT y el propio gobierno abandonaron esas premisas y dilapidaron la historia partidaria; se convirtieron al autoritarismo y apoyaron sin fisuras la política económica ultra liberal del gobierno de Lula.Para esa ala partidaria, que puede considerarse como la izquierda que quedó después de sucesivas purgas entre 2003 y 2004, el destino es migrar hacia otras organizaciones de la centroizquierda brasileña. Lo hará dentro de 15 días cuando las elecciones internas del PT elijan alguno de los siete candidatos a presidir el partido.