
Hugo Chávez sigue siendo presidente de Venezuela,
pero ya no es la misma persona hace un año: el cáncer le cambió la vida.
Este fin de semana se cumple un año desde que fuera operado de urgencia
en La Habana. Desde entonces, 365 días de batalla, política y personal,
han dejado como saldo un Chávez distinto.
El mismo dice que no es aquel "caballo desbocado",
adicto al trabajo, sino un "búfalo". Pero el cáncer también le ha
arrebatado otras cosas: ya no es aquella superestrella de la televisión,
ni un devoto cristiano de lo más irreverente ante la Iglesia Católica,
ni su grito de guerra es "Patria o muerte".
De estrella a protagonista ausente

A partir de datos de Monitor Ciudadano -que denuncia el
uso abusivo de las cadenas-, se puede estimar que las cadenas de lo que
va de 2012 suman unas 30 horas. La proyección para el año apenas supera
las 75, lejos de la media anual de más de 130 horas de su primera
década en el poder. Además de eso, Chávez tenía su propio programa, Aló
Presidente, un maratoniano dominical que había hecho de él virtualmente
una referencia de la pequeña pantalla, para deleite de sus seguidores y
desesperación de sus detractores.
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