Hay algunos indicadores macroeconómicos que hay que comenzar a revisar con mucha atención, de acuerdo al siguiente informe que se transcribe, parcialmente. Pertenece a la newsletter InC. que se distribuye semanalmente. POR AGUSTÍN MONTEVERDE.
Siete factores amenazan la evolución de la economía argentina. • La debilidad de la inversión. • Las inconsistencias del modelo sustitutivo ante crecientes presiones salariales e inflacionarias. • La precaria solvencia fiscal montada sobre una elevadísima presión tributaria. • La insostenible situación de los servicios públicos. • El incierto resultado del canje y el riesgo de desvastadoras sentencias de tribunales internacionales a causa del incumplimiento de tratados internacionales. • La insuficiencia energética. • Los vaivenes del frente externo. El actual nivel inversión es insuficiente. • La saturación de la capacidad instalada en diversos sectores requiere de un incremento sustantivo de los flujos de inversión. • El clima hostil a las ganancias empresarias —motor de toda inversión—, el hiperregulacionismo y la inestabilidad jurídica, y el congelamiento de las tarifas de los servicios públicos actúan como un cepo al flujo inversor. • La debilidad y cortoplacismo del crédito —consecuencia directa de la crónica incertidumbre local— impiden también el crecimiento de las inversiones. • El ya acostumbrado destrato oficial a la inversión extranjera, la intromisión en la ecuación de negocios (alterando costos y precios) y los reclamos —tanto de piqueteros como funcionarios— de actitudes sociales por parte de las empresas (vg. la imposibilidad de interrumpir servicios a morosos) terminan por ahuyentar la inversión directa procedente del exterior —la única capaz de producir un salto relevante en el acervo productivo del país. • Las trabas en el mercado cambiario y la amenaza de restricciones al egreso de capitales (siempre tildados como golondrinas) impide el retorno de los ahorros argentinos en el exterior, que continúan —como claramente surge del balance de pagos y a diferencia de la propaganda oficial— fugando sin pausa.• La escasez de alternativas de inversión y la incertidumbre económica han orientado el ahorro local a la demanda de inmuebles rurales y urbanos y la compra de bienes durables antes que a la inversión en activos productivos. • El nivel de la IBF —18% para 2004— es insuficiente para sostener el crecimiento. • Además, una parte sustantiva es absorbida por la construcción (mayormente de obras residenciales) y equipos de comunicación (celulares). Otra porción relevante está dirigida a la producción del sector primario: vehículos de transporte, cosechadoras y tractores
Con esta composición, aún niveles de IBF del orden del 20% resultarían insuficientes. # La puja distributiva y la presión sobre los salarios tienden a erosionar la solvencia fiscal y la competitividad del modelo sustitutivo. • El aplastamiento del salario real concedió un incremento tramposo en la productividad empresarial y un fuerte y encubierto ajuste del gasto estatal. En promedio, los salarios subieron 31,6% desde el abandono de la convertibilidad mientras que los precios treparon 53%. Esto facilitó también el desempeño fiscal, pues en el caso de los sueldos estatales la mejora fue de solo un 10% en promedio (menor aún que la que tuvieron los salarios en negro) mientras que la inflación y otros factores (retenciones e impuesto al cheque, la reactivación y la imposibilidad de ajustar los balances) dispararon los ingresos públicos. • Hoy hay cerca de 2000 expedientes de litigios laborales en trámite en el ministerio de Trabajo. • Las crecientes regulaciones laborales, la indemnización extraordinaria, los recientes fallos de la Corte y los autocráticos aumentos ordenados por el gobierno deterioran la productividad y afectarán más tarde o más temprano la evolución del empleo formal. > La situación de los servicios públicos se torna insostenible. • Al deterioro en las relaciones bilaterales con los países involucrados —que además de reclamar la actualización tarifaria rechazan frontalmente el discrecional “proyecto De Vido” de ley de servicios públicos— se suma el riesgo de nuevos y onerosos litigios ante los tribunales arbitrales por el manifiesto trato discriminatorio. • El gobierno intentaría su reestatización siguiendo el modelo de sociedades mixtas, en donde la inversión quedaría a cargo del estado como aporte de capital a cambio de acciones. > Para ambas partes puede resultar la solución perfecta: protección estatal y recupero de la inversión para el inversor extranjero y caja política para los menesteres oficialistas. > ¿Todos ganan? No los clientes, que sufrirán el deterioro del servicio como consecuencia de la incapacidad del estado de hacer frente a inversiones multimillonarias. Tampoco los contribuyentes, que pasan a cargar con esas inversiones aun cuando estén fuera del área de servicio de la compañía.• La rescisión de contratos implicaría demandas exorbitantes. • El congelamiento tarifario de los servicios públicos —que tienen fuerte incidencia en la canasta básica— ha permitido contener el indicador de pobreza. El tan postergado reacomodamiento de las tarifas y otras presiones inflacionarias elevarán el valor de la canasta básica y, consiguientemente, la porción de la población en situación de pobreza. • Lo que la populista dirigencia local se niega a entender es que precisamente la inversión privada es el único remedio efectivo contra la pobreza y la indigencia. Ningún plan social —por eficaz que sea— puede sustituir el multiplicativo efecto de la inversión. • Y lo que resulta absolutamente incomprensible —e intolerable— para el mundo es que la Argentina pretenda cargar a las empresas privadas con los problemas sociales. Debe entenderse que la es precisamente la operación con rentabilidad, y los salarios e inversiones que ésta permite, la verdadera e importante contribución de los empresarios al bienestar social. # El resultado del canje y la evolución de las demandas ante tribunales arbitrales pueden dañar seriamente el flujo de inversiones y la solidez fiscal. • Ante el desfavorable clima de negocios vigente, un canje relativamente exitoso no necesariamente impulsaría en forma significativa la inversión, pero un fracaso la ahuyentará con seguridad. • El incumplimiento de contratos protegidos por tratados bilaterales puede originar una erogación contingente por un monto similar al de la deuda en proceso de reestructuración. Los reclamos suman US$ 16.000 millones pero podrían alcanzar en poco tiempo los US$ 80.000 millones, según lo reconoció el procurador del Tesoro. • La amenaza oficial de desconocer los laudos arbitrales implica burlarse de expresos compromisos suscriptos con los diferentes países involucrados. # El panorama energético del corriente año luce complicado y pueden volver a sufrirse cortes e interrupciones programadas. • La demanda de energía creció 6,7 % durante el año pasado y, pese a los anuncios efectuados, no se realizaron incorporaciones a la oferta existente. • Nuevamente debe recurrirse a la importación de energía cara proveniente de centrales en Brasil, gas de Bolivia y el sucio y antieconómico fuel oil venezolano (prevén no menos de US$ 300 millones a gastar en este combustible). • Avanzan con resultado incierto las tratativas para la construcción de dos centrales de ciclo combinado de 800 Mwh. > A efectos de llevar a cabo el proyecto, el gobierno forzó a las generadoras con acreencias sobre CAMMESA ocasionadas por el atraso tarifario a capitalizar esas sumas en el fondo fiduciario FONINVEMEM destinado a ese fin.> Pero la construcción de solo una de esas centrales cuesta unos US$ 450 millones y el FONINVEMEM contaría con solo US$ 320 millones. El gobierno pretende que las aportantes busquen también los fondos restantes. > El proyecto y acuerdo definitivos deberían estar concluidos en marzo para cumplir con el cronograma fijado y que las centrales se pongan en marcha en 2008. Pero difícilmente se cumpla, pues resta aún acordar las características y emplazamiento de las centrales, cómo financiar la segunda central y completar el fondeo de la primera, el cuadro tarifario ni el normativo que las regirá. > Pero el problema más serio es que estas centrales obedecerían a la necesidad de dotar de viabilidad económica al demorado megaproyecto de gasoducto del Noreste (con costos siempre en ascenso: ahora ya son US$ 1.320 millones) y cuya realización corre riesgo de fracasar por el desacuerdo bilateral por el precio del caro gas boliviano. • Debido al freno a las inversiones provocado por el manejo autocrático de las reglas de juego, el país debió gastar $ 2.500 millones que podrían haber provenido —en el marco de una economía de mercado— de capitales privados. A diferencia de la inversión en activos fijos, ese gasto no se capitaliza y gastaremos nuevamente en soluciones malas y transitorias. # Podría agotarse el “viento de cola” que vino aportando el frente externo. • Se consolida, por un lado, nuestro pronóstico de caída de precios de los commodities argentinos. > En un año las bajas superan el 30 % para la soja, el maíz, y el trigo. > Hemos venido remarcando que paralelamente a esta circunstancia se ha operado una suba en el costo de los insumos (fertilizantes, herbicidas, fletes) que ronda el 20 %. > La caída de los ingresos de este año puede superar los US$ 1.500 millones, lo que tendrá un fuerte impacto en el consumo y la inversión (ambos motorizados durante 2004 por el gasto del sector agropecuario), además de menguar los ingresos fiscales por retenciones a las exportaciones. > La menor renta del campo originará un aumento de la presión del sector por un recorte en las alícuotas de las retenciones. Ignorar el reclamo podría derivar en menores inversiones, reducción del área sembrada y creciente evasión. • La política monetaria y la economía real de USA pueden pasar a jugar en contra de los mercados emergentes y, particularmente, de Argentina. > Nuevas subas a la tasa de referencia para fondos federales desalientan el flujo de inversiones financieras hacia las economías emergentes y terminarán por elevar la tasa de largo, negando el concurso de la inversión directa en bienes productivos. > Tanto el recorte de los fuertes déficits fiscal y de cuenta corriente de USA como la ralentización de su crecimiento puede terminar en un enfriamiento de la economía mundial, con graves consecuencias para la economía argentina.> No solo están en juego nuestras exportaciones al NAFTA, sino que debe considerarse que el enorme déficit de cuenta corriente estadounidense financia a las economías europea, japonesa y china —y consiguientemente, las exportaciones argentinas a esos destinos. • Pero una eventual revaluación del yuan frente al dólar podría favorecer nuestras exportaciones a China. > El modelo “productivista” de tipo de cambio alto, además de fracasar, se hace insostenible en el tiempo. • Fracasa porque ni despegan en volumen las exportaciones ni se reducen —afortunadamente— las importaciones. Ni las exportaciones industriales ni la inversión han motorizado el crecimiento de los últimos meses; el motor fue el consumo interno y la exportación de materias primas. # El superávit comercial del 2004 fue 32 % menor al del año anterior. > Se acentúa el patrón exportador de materias primas e importador de bienes con mayor valor agregado. > Solo cinco puntos del crecimiento (17 %) de las exportaciones son atribuibles a un incremento de volumen. o La composición de las exportaciones —devaluación “industrialista” mediante— es básicamente la misma que en los últimos veinte años, con tendencia a una mayor concentración en producto primarios. > Los productos primarios representan el 20 % de nuestras exportaciones, las MOA (incluye aceites) el 34 % y los combustibles el 18 %. > Solo el 28 % correspondió a manufacturas de origen industrial. > Uno de los sectores favoritos del modelo sustitutivo-exportador, el textil, representa solo dos tercios de lo que significaba diez años atrás. > Las importaciones crecieron 61 % en 2004 —los precios crecieron solo 10 %— y ya superan el nivel previo a la devaluación. > Se estima que en el 2005 crecerán el doble que las exportaciones. o Los bienes de capital explican solo el 24 % de las importaciones y la mayor parte está representada por celulares, computadoras y maquinaria rural o de transporte. > El 30 % de nuestras importaciones corresponde a productos electrónicos para el hogar. • El mantener un tipo de cambio real alto y una baja inflación es insostenible para el BCRA: constituyen metas incompatibles. Nuestra política comercial merece ser reconsiderada.-
Servicio de Urgente24


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