A pesar de los enormes avances realizados en el campo de la sismología en los últimos años, a día de hoy resulta imposible predecir con exactitud el lugar, la hora y la magnitud de un terremoto. Un objetivo "prioritario" para científicos de todo el mundo, que centran la dificultad en conseguirlo en el comportamiento "no lineal y bastante caótico" que tienen los movimientos sísmicos.
La prueba está en los últimos sísmos que han arrasado el sureste asiático, o Irán más recientemente. Algunos de los más prestigiosos sismólogos recuerdan que aunque es posible predecir dónde se va a producir un seísmo, es prácticamente imposible determinar el día, semana, año o incluso década en la que se producirá. "No hay técnica ni tecnología que permita predecir los movimientos sísmicos, pero es un campo abierto en el que seguimos tratando de llegar a alguna conclusión", dicen desde el Instituto Sismológico Nacional.
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