El Parlamento chino ha aprobado una ley que autoriza un ataque militar para impedir que Taiwan, reclamada por Pekín como territorio propio, busque su independencia formal de la China continental. La esperada decisión se produce a pesar de las críticas de la isla autónoma, que la considera perjudicial para la estabilidad regional y las relaciones bilaterales. Al concluir la sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP) en el Gran Salón del Pueblo de Pekín, el primer ministro, Wen Jiabao, informó de que China no abolirá la pena de muerte porque las "condiciones nacionales" no lo permiten, pero avanzará en la reforma del sistema judicial, que incluye devolver la última palabra al Tribunal Supremo Popular. La votación sobre Taiwan en la Asamblea, una institución legislativa no pluripartidista, se produjo después que el presidente Hu Jintao pidiera al ejército que se preparara para la guerra y antepusiera la defensa nacional "a todo lo demás". La medida fue aprobada por 2.896 votos a cero con dos abstenciones en la clausura del período anual de sesiones.


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