jueves, mayo 19, 2005

BOLIVIA: Los proyectos del gas se congelan con la nueva Ley de Hidrocarburos

La disminución de inversiones congela los proyectos para la construcción de una petroquímica, el gasoducto a Argentina y plantas de urea y otros. Se tomaron las decisiones pero no se superaron los problemas.La esperada Ley de Hidrocarburos no libró al país de la crisis política que vive y que amenaza con profundizarse, además que, como efecto inmediato, alejó a Bolivia de sus vecinos y a futuro podría reducir la producción de gas y petróleo. Pese a la responsabilidad asumida por el presidente del Congreso, Hormando Vaca Díez, en círculos políticos consideran que no se superó la crisis política que se gestó desde octubre del 2003. Y que en los últimos meses se agudizó por el enfrentamiento entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, en el que nadie cede y se espera que el otro cometa errores antes que coordinar labores. Los signos de esa mala relación son las indecisiones del presidente Carlos Mesa, el lento tratamiento de los proyectos que manda el Gobierno al Congreso para que los convierta en leyes, entre los más notorios. En el tema técnico, el compromiso de ser el mayor abastecedor de gas a Argentina está congelado, porque la construcción del Gasoducto al Noreste Argentino —para llevar 20 Millones de Metros Cúbicos Diarios (Mmmcd) desde Bolivia— no avanza, según dijo una fuente. Ese país está afectado, desde el año pasado, por una crisis energética que le hizo mirar hacia Bolivia, pero desde entonces sólo consolidó un acuerdo a corto plazo, debido a la falta de resolución sobre el tema. Por su lado, el principal socio energético de Bolivia, Brasil, dice que su empresa petrolera reducirá sus inversiones en el país. La propia ministra brasileña de Energía, Dilma Roussef, anunció que Petrobras no se irá del país, pero sí replanteará los proyectos comprometidos. “La empresa tratará de 'reescalonar' proyectos o aplazarlos”, para adaptarse a la nueva legislación tributaria para el sector. En ese contexto, los países vecinos que antes miraban a Bolivia como potencia energética, ahora vuelcan la mirada a Perú, que en Camisea tiene sólo el 20 por ciento de las reservas que tiene Bolivia, pero que está abierto a desarrollar negocios. Y mientras los políticos hacen números y dicen que el país recibirá por lo menos 500 millones de dólares anuales con la nueva ley petrolera, los analistas aseguran que el efecto en las inversiones será más negativo de lo que parece por ahora. El presidente del Banco Central de Bolivia, Juan Antonio Morales, manifestó que la ley aprobada cierra la posibilidad de recibir más inversiones y afectará a otros rubros de producción.“Cincuenta por ciento de nada es nada”, dijo Morales al referirse a los ingresos que el Estado podría recibir en el futuro por las condiciones de la ley.

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