Bolivia: Presidente Mesa no veta Ley de Hidrocarburos

El Presidente de Bolivia decidió no vetar la Ley de Hidrocarburos y devolverla al Presidente del Congreso. La pregunta que nos hacemos ¿que pasa con la determinación tomada?. En una riesgosa maniobra el Presidente Mesa, obligará al Congreso a ratificar según lo ordena la Constitución Nacional, el texto de la Ley de Hidrocarburos, tal cual había salido del poder legislativo, de manera de responsabilizarlo ante la opinión pública de ser los gestores, promotores y los que tengan que poner en vigencia, una Ley que no deja satisfecho ni a los sectores sociales más radicales que quieren un 50% de regalías, ni a las Empresas que calificaron de confiscatoria la Ley, y menos a aquellos grupos que derechamente están pidiendo la nacionalización de los hidrocarburos. Mesa le traspaso todo el peso muerto de la responsabilidad política al Congreso. Cumplido el plazo de los 10 días para tenía para impugnar o sancionar la Ley, el gobernante prefirió tomar el camino del choque abierto con el Congreso, como ya lo habíamos anticipado aquí. Devolver sin señalar ningún reparo, después de haber informado por cadena de televisión que tenía una objeción conceptual sobre el texto total de la Ley, es una extraña maniobra que en el corto plazo busca zafarse de la conflictiva situación creada, con una ley que hoy divide a los bolivianos, y que dejó las puertas abiertas para que aumente el reclamo contra el conjunto de la clase política, por pasarse olímpicamente el balón entre sí. La nueva ley de hidrocarburos obligará a las empresas petroleras que operan en Bolivia a renovar sus contratos ajustándolos a cambios entre los que destaca la incorporación de un impuesto no deducible a la producción del 32%, adicional a una existente regalía del 18%. Esto significa una batería de acciones judiciales contra el Estado de Bolivia por el cambio de las reglas de juego. Esa es la postura que tiene la Cámara de Hidrocarburos. Junto a ello, una detención automática de las inversiones para aumentar exploraciones. A lo que le seguirá ahuyentar las inversiones que pueden poner en peligro el aprovechamiento de las enormes reservas de gas natural y petróleo. Así la Ley de Hidrocarburos se convirtió en la presa de disputas, donde chocan abiertamente visiones económicas totalmente antagónicas. Las cosas no le están saliendo bien al Presidente Mesa. Ayer se le cayó el diálogo nacional, y ahora será esta Ley la que lleve más intranquilidad a su nación y lo deje abiertamente enfrentado al Congreso, en tanto subirá la tensión social. El Congreso quedará desagradado de que le toque avalar la Ley y quedar como blanco expuesto de la furia social de grupos que ya han levantado la voz pidiendo anticipo de elecciones generales. Un cuadro sombrío y nada alentador para las Instituciones de Bolivia.