viernes, mayo 20, 2005

En Bolivia: Petrolera Repsol evalúa el cierre de campos pequeñosla brasileña Petrobras congela $us 2.500 millones en nuevas inversiones

La empresa Repsol analiza la posibilidad de cerrar los campos petroleros pequeños que operan en el país, debido a que con la nueva Ley de Hidrocarburos ya no les resultarían rentables. Repsol, de capitales españoles en un mayor porcentaje, posee en Bolivia derechos sobre 35 áreas petroleras, de las cuales 10, con una superficie de más de 10 mil kilómetros, son para exploración, y las restantes, o sea 15 con una superficie de 2 mil kilómetros, ya están en explotación. Una fuente oficial de la petrolera señaló que el equipo jurídico de la firma evalúa tal situación y no descartan nada, incluso la apertura de juicios internacionales por incumplimiento de contratos. Por su parte, la brasileña Petrobras confirmó que congeló inversiones de 2.500 millones de dólares que debían ser destinadas, en el lapso de tres años, para la construcción de un polo de gas químico en Puerto Suárez, población fronteriza entre ambos países, y el incremento de las exportaciones de gas a la Argentina. Los datos fueron señalados en su oportunidad por el presidente de la empresa Fernando de Freitas, a la revista Petroquímica. El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Antonio Barrenechea, indicó que de concretarse "ocasionará un efecto negativo difícil de cuantificar". Estos campos, que son 45 y que en la mayoría de los casos son los llamados marginales o existentes, producen líquidos en un promedio de 46 mil barriles al día, que son destinados a la elaboración de diesel principalmente. Repsol participa del 28 por ciento de ese total. De los 45 campos en producción, según YPFB, sólo 13 producen más de mil barriles de líquidos al día, el resto fluctúa entre 20 y 150 barriles. Repsol, de acuerdo a datos de la estatal petrolera nacional, explota actualmente nueve pozos medianos y pequeños, los que están siendo evaluados para su posible cierre. En caso de concretarse la situación, el país tendría que importar crudo pesado para alimentar sus refinerías. La situación se agravaría si no se incrementa el volumen de exportación de gas, toda vez que su explotación va asociada a la obtención de líquidos livianos para derivados como gasolina y jet fuel. De seguir con los mismos volúmenes, en 2010 Bolivia tendría que importar 12 mil barriles al día. Efectos directos de la entrada en vigencia de la nueva Ley de Hidrocarburos.

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