lunes, mayo 02, 2005

Luxemburgo el mejor país para jubilar del mundo

El empleado promedio de un país avanzado puede esperar una pensión gubernamental de 70 por ciento de sus ingresos posteriores a impuestos después de retirarse. Pero debido a la gran diversidad de sistemas de pensiones que existen en todo el mundo, resulta mucho más cómodo jubilarse en Luxemburgo que en Irlanda; mucho mejor ser pobre en Nueva Zelandia que en Alemania, y más fácil estar cerca del retiro y estar en buena posición económica en Italia que en Gran Bretaña o Estados Unidos. Los hallazgos, publicados hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, muestran que los países difieren en cuanto al cumplimiento de sus promesas de retiro al tiempo que la sociedad envejece, así como en cuanto a la generosidad y el grado de redistribución en sus sistemas. "Los sistemas de pensión en todo el mundo probablemente son más diversos que cualquier otro elemento de los sistemas fiscales y de seguridad social", indicó Edward Whitehouse, uno de los autores del informe de la OCDE. Al organismo con sede en París, responsable de mejorar el desempeño económico de los países avanzados, le preocupa el hecho de que las naciones han centrado sus reformas al sistema de pensiones fundamentalmente en mejorar la sustentabilidad fiscal, y con frecuencia han pasado por alto que las pensiones tengan un nivel suficiente y promuevan la redistribución. Las buenas noticias para los actuales trabajadores, de acuerdo con Whitehouse, es que los sistemas de pensión están diseñados para proporcionar un ingreso adecuado en casi todos los países avanzados. "Es improbable que veamos un resurgimiento de la pobreza entre los pensionados si los actuales sistemas se mantienen estables". Pero existen muchas más diferencias que similitudes entre los países. En un extremo, países como Nueva Zelandia e Irlanda ofrecen un nivel similar de pensión estatal a todos los trabajadores, lo que es mucho más valioso para los de menores sueldos que para estratos más altos. En Irlanda, los trabajadores que se ubican a la mitad del promedio pueden esperar obtener 63 por ciento , después de impuestos, de sus anteriores salarios al retirarse. Pero quienes reciben el doble del promedio puden esperar jubilarse con apenas 22 por ciento de sus ingresos anteriores. Este tipo de programa tiene las ventajas de ser barato, sencillo y eficaz para prevenir la pobreza. Pero el hecho de que no exista relación con los sueldos plantea el riesgo de que los pensionados irlandeses voten por partidos políticos que ofrezcan mayores ingresos de retiro. Según la OCDE, los sistemas de Reino Unido y Estados Unidos son similares en su efecto, redistribuyendo fundamentalmente hacia los pobres, pero como ninguno tiene una tasa fija, carecen de la ventaja de la simplicidad. La sugerencia de la semana pasada del presidente George W. Bush de que los beneficios ofrecidos por el Seguro Social a los trabajadores más ricos deberían ser reducidos, haría ese sistema incluso más parecido a uno de tasa fija, pero con una mayor complejidad. En el otro extremo están países, entre ellos muchos europeos, que vinculan estrechamente las pensiones estatales con los ingresos. Estos sistemas benefician a empleados con sueldos promedio y superiores, pero resultan costosos.

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