sábado, junio 18, 2005

El escándalo de corrupción en Brasil: lo que dicen las cifras

Las denuncias golpean a Lula, pero no impedirían su reelección en 2006. Pese a caer en popularidad, el presidente ganaría con comodidad, según encuestas divulgadas ayer.
Tendría que ir a segunda vuelta
Políticos, analistas y operadores de mercado elogiaron la renuncia de Dirceu
Aumentó la evaluación negativa del Congreso La popularidad del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, sufrió un revés tras la renuncia de su jefe de Gabinete y brazo derecho, José Dirceu, por las denuncias de corrupción, pero sigue siendo el favorito para la reelección en octubre de 2006. Políticos, incluso de oposición, analistas y operadores de los mercados elogiaron la renuncia de Dirceu, anunciada en la noche del jueves para volver a ocupar su escaño de diputado. El mercado está reaccionando bien a lo que podemos llamar el blindaje", dijo Alvaro Bandeira, director de Agora Senior CTVM sobre un avance del 1,4 por ciento en la Bolsa de Valores de San Pablo y aludiendo al contraataque político de Lula, que incluyó el anuncio esta semana de medidas de apoyo a la producción. El presidente brasileño, de hecho, descubrió que, pese a una importante caída en su nivel de popularidad, evidenciado por la encuesta trimestral de Ibope, encargada por la Confederación Nacional de Industria (CNI) y publicada ayer, otro estudio de opinión, del también prestigioso Instituto Datafolha, afirma que si las elecciones presidenciales fueran hoy, él saldría fácilmente victorioso. Eso sí: con segunda vuelta. La conclusión de Datafolha coincide con la del propio CNI/Ibope, que demuestra que pese a una caída de un punto en la intención de voto para Lula (descendió del 39% en marzo al 38% este mes), y de cuatro puntos en su imagen positiva (del 39 al 35% en el mismo período), Lula ganaría cómodamente si las elecciones presidenciales del año próximo fueran realizadas hoy. Siempre según Ibope, en segundo lugar en la lista de intención de voto se ubicaría el alcalde de San Pablo, José Serra (PSDB-SP), cuya popularidad ascendió del 27% en marzo al 29% este mes. Anthony Garotinho, ex gobernador de Río de Janeiro (PMDB-RJ), pasó a su turno de un 7 a un 9% en el índice de preferencia de los entrevistados. En estas mediciones no figuró el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que según algunos analistas no descartaría presentarse en 2006. En otras palabras, aunque la gran mayoría de brasileños cree que existen casos de corrupción en el gobierno (el 56% opina que el PT pagaba coimas a legisladores a cambio de apoyo), el presidente brasileño sigue siendo favorito para ganar un segundo mandato. "Los principales factores que contribuyeron a empeorar la evaluación del gobierno son las denuncias de corrupción involucrando a instituciones de la administración federal e integrantes del gobierno y a la creciente desaprobación de la gestión de políticas públicas", señaló la CNI. El Congreso, mal visto El sondeo de Datafolha se realizó anteayer, el mismo día de la renuncia de Dirceu, que tuvo que dejar el gobierno tras ser señalado por el presidente del Partido Trabalhista Brasileño (PTB), Roberto Jefferson, como uno de los gestores del pago de sobresueldos a legisladores. De 2000 entrevistados, el 35% consideró que Lula está haciendo un gobierno óptimo o bueno, y 44%, regular. En cambio, aumentó la evaluación negativa del Congreso, sobre todo ahora que 14 legisladores fueron citados por el Comité de Etica del Parlamento para explicar si recibieron las "mensualidades" de las que habla Jefferson, ratificado ayer por su partido como presidente del PTB. Un 56% de los consultados por Datafolha dijo creer que el PT pagaba sobornos, contra sólo el 18%, que opinó que no. Un 26% dijo no saber. Asimismo, el 70% cree que existen casos de corrupción en el gobierno, comparado con el 65% de la anterior encuesta y el 32% en marzo de 2004. La salida de Dirceu, un ex radical de izquierda que vivió un tiempo exiliado en Cuba antes de volver a Brasil clandestinamente, en la década del 70, puede marcar una época en el gobierno de Lula, un antes y un después. Visto como un hábil articulador político, Dirceu estructuró las alianzas que convirtieron al PT en partido más de centro, sobre la base de alianzas que tejió con grupos de derecha, como el PTB, para dar gobernabilidad al régimen de Lula. Esas alianzas, que configuraron un gobierno conocido como "Lula light", acabaron alienando a las alas más radicales del PT, que después abandonarían el partido. Mañana, Lula viajará a una reunión del Mercosur en Paraguay.

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