miércoles, junio 08, 2005

La OEA aprueba monitoreo de democracias en tiempos de crisis

Los cancilleres de la OEA aprobaron anoche el establecimiento de un mecanismo que permitiría anticiparse a situaciones que pudieran afectar "el desarrollo del proceso político institucional y democrático" de sus estados miembros. El mecanismo, contenido en la Declaración de Florida, operará a través del secretario general, José Miguel Insulza, quien realizará en primera instancia consultas previas con el Consejo Permanente de embajadores de la organización. El propósito será elaborar "propuestas de iniciativas de cooperación oportunas, eficaces, y equilibradas y graduales" para acudir en ayuda de gobiernos ante potenciales crisis políticas. La idea fue inicialmente planteada por Estados Unidos como parte del tema central de la conferencia, "Hacer realidad los beneficios de la democracia", y trabó el desarrollo de la asamblea, cuya clausura fue demorada en seis horas. El texto final, aprobado por aclamación, no menciona la propuesta como la planteó el país anfitrión, que daba al proceso de monitoreo de las democracias una amplia participación de la sociedad civil. El acuerdo fue fruto de la política de conciliación y diálogo que adoptó la Argentina. Cuando muchos pensaba que sería muy difícil conciliar el mecanismo intervencionista para monitorear las democracias propuesto por Estados Unidos con el rechazo al intervencionismo defendido por Venezuela, Brasil y México, Argentina logró encontrar una fórmula que todo el mundo estuvo dispuesto a aprobar.Sin ser intervencionista la propuesta argentina tampoco es indiferente al desafío que presenta la fragilidad de las democracias en algunos países ni a la cooperación sobre lo que se pueda hacer para poder prevenir las crisis.El texto dice textualmente que se encargará al Secretario General que, "en consulta con el Consejo Permanente y teniendo en cuenta los propósitos y principios de la Carta de la OEA, en especial el de promover y consolidar la democracia representativa, elabore una propuesta de iniciativa de cooperación oportuna, eficaz equilibrada y gradual según las situaciones que pudieran afectar el proceso político institucional democrático o el legítimo ejercicio del poder, de conformidad con lo establecido en el artículo 4 de la Carta Democrática dentro del principio de la no intervención y el derecho a la autodeterminación, y lo presente al Consejo Permanente".Estados Unidos dio marcha atrás y aceptó esta propuesta más conciliadora y lo mismo hicieron Venezuela, México y Brasil, desde la posición opuesta.El texto luego agrega que el Consejo establecerá las normas que sean necesaria para que el Secretario General pueda ejercer un actividad más intensa, en tiempo real y más eficiente.En una palabra, el texto apunta a retener la parte positiva de la propuesta inicial norteamericana, a saber, la preocupación por hacer más eficiente la aplicación de la Carta Democrática en casos en que la democracia este amenazada con el no intervencionismo latinoamericano.También apunta a equilibrar el poder del Secretario General de la OEA con el del Consejo Permanente a imagen y semejanza de su sistema de gobierno parlamentario."Las posición de Estados Unidos y de Venezuela estaban totalmente polarizadas", dijo el embajador argentino ante la OEA, Rodolfo Gil, quien junto al canciller Rafael Bielsa fue uno de los negociadores de la propuesta. "Pero nuestra posición contó de entrada con el apoyo de Estados Unidos, Venezuela, Canadá y Chile. Y a partir de ese núcleo luego apareció el consenso".Esta es la segunda vez que fracasa un plan de EE.UU. en un mes. La primera fue durante la elección del Secretario General. Washington quiso primero imponer al salvadoreño Francisco Flores y luego al mexicano Miguel Derbez. Pero fue elegido su contrincante, el chileno Insulza.Del clima beligerante a la postura de consenso hubo una largo trecho de negociaciones. Un testigo, comentó a Clarín que al llegarse a la fórmula hubo un especial agradecimiento de sus pares al canciller Bielsa. Ahora la propuesta norteamericana fue bloqueada por una coalición de más de veinte países de América del Sur, México y el Caribe. Si bien EE.UU. fracasó en su intento de crear un mecanismo para monitorear las democracias, que muchos pensaban estaba fundamentalmente dirigido a controlar a Venezuela, al final logró que la región comenzar a reflexionar sobre cómo se puede cooperar con un país para evitar las crisis democráticas.

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