Otro día negro para la Unión Europea

La Unión Europea ha entrado en una de sus peores crisis, y aunque en Bruselas se presume de que históricamente es en estas situaciones límite en las que las instituciones se han consolidado, por primera vez este argumento suena vacío y no tranquiliza a nadie. Los líderes de los 25 dedicaron la jornada de ayer a estudiar qué opciones tienen después del rechazo de la Constitución en Francia y Holanda, y lo único que sacaron en claro es que aún no saben exactamente qué hacer, y que intentarán buscar una solución lo antes posible a través de una «profunda reflexión» en la que pretenden redefinir claramente los contornos del proyecto europeo, su modelo de sociedad y sus límites geográficos. El presidente de turno de la Unión Europea (UE), el primer ministro luxemburgués Jean Claude Juncker, ha anunciado en la noche del jueves que la ratificación de la Constitución europea sigue adelante y se prolongará "hasta mediados de 2007", para revisar la situación. La ampliación al Este y la apertura de conversaciones con Turquía han influido de forma determinante en el rechazo expresado hace unas semanas por los ciudadanos de Francia y Holanda en los referendos convocados para ratificar la Constitución europea. Tras este doble revés, el Reino Unido congeló el proceso de ratificación y abogó por abrir un periodo de reflexión antes de reanudarlo; en opinión del primer ministro, Tony Blair, los líderes de la Unión Europea deben afrontar una serie de temas (economía, globalización, seguridad, inmigración, etcétera) que están entre las preocupaciones primordiales de los ciudadanos y sin embargo se han olvidado entre la jerarquía comunitaria, lo que ha provocado el divorcio escenificado en Francia y Holanda. En este tema, las posturas no están tan encontradas. De hecho, Chirac se ha planteado hasta que punto tiene sentido ampliar la Unión Europea "sin haber logrado unas instituciones capaces de hacer funcionar eficazmente" a la Europa de los 25. Son 13 los países de la UE que aún no han ratificado el tratado constitucional. Entre ellos está Dinamarca, cuyo primer ministro, nunció anoche en Bruselas el aplazamiento del referéndum en su país, previsto inicialmente para el próximo 27 de septiembre.