Comienza una tensa cumbre de 25 líderes para analizar el futuro europeo. Se reúnen en Bruselas tras el No de Francia y Holanda a la Carta Magna de la UE. Hay también rispideces por el presupuesto comunitario y por beneficios económicos que recibe Gran Bretaña. El Consejo de Europa, su máxima autoridad y constituido por los presidentes y primeros ministros de los 25 países, iniciarán hoy por la tarde en la capital belga y hasta el viernes —si consigue coincidencias— su cumbre. Es el primer encuentro después del triunfo del No francés y holandés a la Constitución y con la misión oficial de obtener un presupuesto 2007-2013 para financiar la Europa ampliada. Cómo seguir, cuando las opiniones públicas de dos países fundadores de la Unión han votado contra una Europa de elite y fuera de las preocupaciones ciudadanas, será debate obligatorio. Pero el No a su Constitución fue más la erupción de un estado de ánimo que un voto. Ha puesto a Europa como proyecto en terapia intensiva y a sus líderes en una batalla de poder en nombre de la defensa de los intereses nacionales.Cuando Margaret Thatcher era premier, con su clásica cartera en el brazo en los tumultuosos debates de la entonces Comunidad Económica Europea, inventó un verbo histórico: "carterear". La Dama de Hierro agitaba enfurecida su cartera ante sus colegas y conseguía lo que pretendía. Una actitud que le hizo decir ácidamente al presidente francés, Fran»cois Mitterrand.: "Esta mujer tiene la boca de Marilyn Monroe y los ojos de Calígula.""Cartereando", ella obtuvo el cheque británico en 1984, con el argumento de que Gran Bretaña era el país más pobre de los europeos para contribuir al presupuesto de la CEE. Un beneficio que el reino mantiene hasta ahora, cuando es uno de los más ricos de la Unión. Diecisiete años después, el primer ministro Tony Blair está dispuesto a imitarla. Pretende "carterear" a Francia y a su presidente, Jacques Chirac, con la amenaza de rever las ayudas agrícolas europeas que benefician a los agricultores franceses si lo presionan para que ceda el dinero. El "cheque británico", que el primer ministro Tony Blair se niega a resignar como compensación europea, contra la voluntad de los 24 países de la Unión, será el gran conflicto de la Cumbre. Aislado, Blair pretende paralizar el presupuesto con su veto si no se revé la política agrícola común (PAC), cuya beneficiaria principal es Francia. Gran Bretaña va a ejercer la presidencia de la Unión Europea desde el 1º de julio y tampoco puede llevar su posición a los extremos. El presidente francés se niega a considerar que se discuta la intocable PAC o política agrícola común. Otro tema de discusión es la ampliación de Europa hacia Turquía, Bulgaria y Rumania.
Con el concepto europeo actual, desacreditado ante sus propias opiniones publicas, los líderes europeos deberán buscar una solución política en la Cumbre de Bruselas —más que defender intereses nacionales— si quieren que la Unión sobreviva al desencanto.
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