Artículo en el diario El Mercurio del Ex Presidente del Senado de Chile Hernán Larraín F., Senador
Nadie puede sentirse victorioso por haberle impuesto su perspectiva a su contendor. En este caso, la victoria se halla en haber logrado un texto compartido y aceptable para unos y otros. Toda Carta Política de un Estado aspira a ser la expresión del sentimiento compartido de sus habitantes acerca de la estructuración de sus poderes públicos y de los derechos y libertades que ella garantiza. Esta es la base que le da coherencia, sustento y gobernabilidad a una sociedad, y alienta el ejercicio de sus instituciones en el marco de la diversidad y pluralidad de opciones existentes.Ese no era el caso del Chile reciente. Nuestra Constitución, por buenas y malas razones, no tenía el reconocimiento colectivo y servía de alimento al cuestionamiento de sus contenidos. El bien social recomienda el respeto y la valoración de la Ley Fundamental. Pero eso no se regala ni se impone, sino que se debe conquistar por sus méritos.
Nadie puede sentirse victorioso por haberle impuesto su perspectiva a su contendor. En este caso, la victoria se halla en haber logrado un texto compartido y aceptable para unos y otros. Toda Carta Política de un Estado aspira a ser la expresión del sentimiento compartido de sus habitantes acerca de la estructuración de sus poderes públicos y de los derechos y libertades que ella garantiza. Esta es la base que le da coherencia, sustento y gobernabilidad a una sociedad, y alienta el ejercicio de sus instituciones en el marco de la diversidad y pluralidad de opciones existentes.Ese no era el caso del Chile reciente. Nuestra Constitución, por buenas y malas razones, no tenía el reconocimiento colectivo y servía de alimento al cuestionamiento de sus contenidos. El bien social recomienda el respeto y la valoración de la Ley Fundamental. Pero eso no se regala ni se impone, sino que se debe conquistar por sus méritos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario