El periodista JUAN SARDÁ enviado especial del diario El Mundo, está enviando esta crónicas a su diario, sobre lo que ve en el recorrido por Londres:
Las escenas de caos y confusión que se vieron el 7-J en Londres se repiten en las inmediaciones de la estación de Warren Street, uno de los objetivos de la segunda cadena de explosiones que sacude la capital británica en dos semanas. La estación de Warren Street ha sido el lugar donde ha estallado el artefacto de más potencia, aunque, según la policía, la gravedad del incidente es menor que el del 7-J. También ha habido explosiones en las estaciones de Shepherd's Bush, Warren Street y Oval y en un autobús en Hackney Road. La confusión domina en estos momentos los alrededores de Warren Street. Los atascos de tráfico en toda la ciudad son gigantescos debido a que el centro de Londres ha sido cortado y el servicio de metro ha quedado interrumpido. El número de periodistas que se acercan a la zona crece por momentos, pero la información sigue siendo escasa. "La policía no da ningún dato, no hablan con nadie", se queja un reportero local. El alcalde de Londres Ken Livingstone ha pedido a través de la radio a todos los ciudadanos que regresen a sus casas y que no acudan a trabajar hasta que se aclare qué ha sucedido exactamente. Los londinenses están cumpliendo este llamamiento en calma, pero con dificultades. Leire, una estudiante española de 19 años cuya residencia se encuentra al lado de Warren Street y que en esos momentos se dirigía a ella, ha contado a elmundo.es cómo a eso de las 12.30 (hora local) la policía ha comenzado a desalojar la calle y un McDonalds de la zona. "La gente salía corriendo con miedo y la policía lo ha acordonado todo sin dar explicaciones", cuenta Leire. "Llevamos dos horas sin poder entrar a la residencia y no sabemos qué pasa", añade. La joven española explica también como en un primer momento no pudieron contactar con sus padres en España, porque las líneas de teléfono móvil estaban bloqueadas. "Al final hemos podido llamar, pero después de un buen rato", recuerda. La preocupación aumenta entre las personas que se agolpan en Warren Street. Un equipo policial de agentes especialistas en sustancias químicas ha entrado en la estación de metro, lo que ha contribuido a extender los temores entre los curiosos. El University Hospital, cercano a Warren Street, ha sido acordonado y una patrulla de policías armados ha entrado en el centro. La policía no está informando de qué ocurre exactamente y las especualciones no parar de circular por la calle.
Las escenas de caos y confusión que se vieron el 7-J en Londres se repiten en las inmediaciones de la estación de Warren Street, uno de los objetivos de la segunda cadena de explosiones que sacude la capital británica en dos semanas. La estación de Warren Street ha sido el lugar donde ha estallado el artefacto de más potencia, aunque, según la policía, la gravedad del incidente es menor que el del 7-J. También ha habido explosiones en las estaciones de Shepherd's Bush, Warren Street y Oval y en un autobús en Hackney Road. La confusión domina en estos momentos los alrededores de Warren Street. Los atascos de tráfico en toda la ciudad son gigantescos debido a que el centro de Londres ha sido cortado y el servicio de metro ha quedado interrumpido. El número de periodistas que se acercan a la zona crece por momentos, pero la información sigue siendo escasa. "La policía no da ningún dato, no hablan con nadie", se queja un reportero local. El alcalde de Londres Ken Livingstone ha pedido a través de la radio a todos los ciudadanos que regresen a sus casas y que no acudan a trabajar hasta que se aclare qué ha sucedido exactamente. Los londinenses están cumpliendo este llamamiento en calma, pero con dificultades. Leire, una estudiante española de 19 años cuya residencia se encuentra al lado de Warren Street y que en esos momentos se dirigía a ella, ha contado a elmundo.es cómo a eso de las 12.30 (hora local) la policía ha comenzado a desalojar la calle y un McDonalds de la zona. "La gente salía corriendo con miedo y la policía lo ha acordonado todo sin dar explicaciones", cuenta Leire. "Llevamos dos horas sin poder entrar a la residencia y no sabemos qué pasa", añade. La joven española explica también como en un primer momento no pudieron contactar con sus padres en España, porque las líneas de teléfono móvil estaban bloqueadas. "Al final hemos podido llamar, pero después de un buen rato", recuerda. La preocupación aumenta entre las personas que se agolpan en Warren Street. Un equipo policial de agentes especialistas en sustancias químicas ha entrado en la estación de metro, lo que ha contribuido a extender los temores entre los curiosos. El University Hospital, cercano a Warren Street, ha sido acordonado y una patrulla de policías armados ha entrado en el centro. La policía no está informando de qué ocurre exactamente y las especualciones no parar de circular por la calle.
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