Editorial del diario El Tiempo de Bogotá sobre los escándalos que sacuden a Brasil:
Los brasileños conocen y temen a la pororoca, una gigantesca ola de agua salada que penetra de manera violenta en el río Amazonas, revuelve la suciedad de su lecho, inunda las orillas y todo lo contamina. También saben que la pororoca amazónica ocurre en febrero y marzo. En cambio, la pororoca política que devasta al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva era imprevisible. Estalló a mediados de junio, cuando el diputado Roberto Jefferson, del Partido del Trabajo, denunció ante el Parlamento que el PT (Partido de los Trabajadores), en el poder desde el 2002, pagaba mensualidades a varios diputados de la coalición gobernante a fin de asegurar su voto. Los fondos del mensalão, como se ha denominado a este soborno de recolección periódica, procedían de la agencia de publicidad de Marco Valerio de Souza, un empresario beneficiado con jugosos contratos oficiales de imagen. La prensa ha publicado documentos donde consta que De Souza obtuvo cuantiosos préstamos bancarios con el aval de altos dirigentes del PT.
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