
Sugiero leer esta crónica del diario El Clarín de Buenos Aires:
A una semana del paso de Katrina, mientras el gobierno parece haber tomado verdadera conciencia de la dimensión de la catástrofe, las empresas de la región comienzan a hacer sus cuentas y a pensar en cómo levantarse. Diarios locales como el Mobile Register publican a página entera avisos de firmas que buscan información sobre sus empleados. "Necesitamos saber si está a salvo" o "Comuníquese con nosotros", dicen. Luego, en inglés y en castellano, la empresa Cendant explica que está tratando de localizar a los empleados que fueron alcanzados por el huracán y termina diciendo que "expresa su profundo sentimiento y oraciones para todos los afectados por esta tragedia". Cendant es dueña de 8 cadenas de hoteles y administradoras de resorts y cotiza en la bolsa de Nueva York. Los números ahora no les cierran. Aún es temprano para tener en claro cómo impactará la catástrofe en la economía de EE.UU., pero muchos aseguran que llevará años reconstruir tanto daño. Hay cuestiones básicas alteradas como la energía y el petróleo, que dominan cualquier cálculo. Y después el resto de esta catarata de consecuencias, porque las deficiencias en esos rubros golpean indirectamente, a través de la interrupción de tareas, el trabajo de los restaurantes y lo vinculado a la pesca y la navegación.
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