Un hotel de la isla de Holbox quedó totalmente destruido. Las posibilidades de los lugareños para reactivar sus fuentes de ingreso provenientes del turismo tendrá que esperar hasta que les llegue la ayuda económica. Foto EFE.
La carretera que va de Cancún a Mérida lució llena ante el intento de pobladores y turistas de salir del puerto turístico ante la falta de alimentos y bebidas
Los efectos del paso devastador del huracán Wilma se agudizaron en la Península de Yucatán, principalmente a Cancún, Playa Carmen, Isla Mujeres donde hay escasez de agua y alimentos. El gobierno federal, a través del vocero presidencial, aceptó que el abasto de víveres sigue siendo el gran problema, ya que no está llegando con fluidez ni en la cantidad suficiente para cubrir la demanda. Añadió que se tiene conocimiento de cuatro personas muertas, 37 mil damnificados en 131 albergues en Quintana Roo y otros mil 844 en Yucatán. A cinco días de que el Wilma afectó la península, los pobladores vivieron ayer una jornada marcada por el desabasto, y el caos de quienes buscaban salir de la zona de desastre una vez que el aeropuerto y algunas vías terrestres fueron reabiertas. A la situación se suma la disputa entre autoridades municipales y el gobierno federal sobre el mando del aparato de seguridad. Por orden presidencial, la vigilancia está bajo el control del jefe de las Fuerzas Federales de Apoyo de la Policía Federal Preventiva, Héctor Sánchez Gutiérrez. Sin embargo, el alcalde Francisco Alor Quezada aseguró que el operativo estaba bajo su orden. El presidente Vicente Fox anunció que 2 mil 500 elementos del Ejército se sumaron a las labores de vigilancia. En tanto, hasta el próximo día viernes se normalizaría el aeropuerto, de manera de contar el número de vuelos comerciales suficientes para sacar los 38.000 turistas que se quedaron en albergues y refugios.
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