El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, rechazó hoy la oferta de Lima para celebrar una reunión con el presidente peruano, Alejandro Toledo, en el marco de la APEC, en un momento de tensión entre ambos países por el caso Fujimori.
Según confirmó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores japonés, Koizumi afirmó que "no hay tiempo" para mantener ese encuentro en la cumbre del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC) que tendrá lugar mañana y el sábado, en Pusan, en el sureste de Corea del Sur.
Las relaciones entre Japón y Perú se hallan en un momento delicado después de que Lima calificara de "inaceptable" la intervención de las autoridades niponas en el caso Fujimori por solicitar a Chile un "tratamiento justo".
El Gobierno peruano materializó ese malestar el pasado jueves con la retirada de su embajador en Tokio.
Fujimori, que tiene 20 procesos penales abiertos en los tribunales peruanos, abandonó Japón el 6 de noviembre después de permanecer cinco años refugiado en este país, para viajar de manera sorpresiva a Santiago de Chile.
En la capital chilena fue detenido horas después de su llegada y desde entonces permanece en una dependencia policial, a la espera de que se resuelva su posible extradición a Perú.
El Gobierno japonés asegura que su interés en el caso del ex presidente peruano no va más allá del que merece su ciudadanía nipona.
Según confirmó un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores japonés, Koizumi afirmó que "no hay tiempo" para mantener ese encuentro en la cumbre del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC) que tendrá lugar mañana y el sábado, en Pusan, en el sureste de Corea del Sur.
Las relaciones entre Japón y Perú se hallan en un momento delicado después de que Lima calificara de "inaceptable" la intervención de las autoridades niponas en el caso Fujimori por solicitar a Chile un "tratamiento justo".
El Gobierno peruano materializó ese malestar el pasado jueves con la retirada de su embajador en Tokio.
Fujimori, que tiene 20 procesos penales abiertos en los tribunales peruanos, abandonó Japón el 6 de noviembre después de permanecer cinco años refugiado en este país, para viajar de manera sorpresiva a Santiago de Chile.
En la capital chilena fue detenido horas después de su llegada y desde entonces permanece en una dependencia policial, a la espera de que se resuelva su posible extradición a Perú.
El Gobierno japonés asegura que su interés en el caso del ex presidente peruano no va más allá del que merece su ciudadanía nipona.
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