martes, noviembre 29, 2005

La hora de los duros en la política francesa

El ministro francés de Interior, Nicolas Sarkozy, llega a un puesto policial de París para inspeccionarlo en la decimosexta noche de violencias urbanas en Francia. (AFP)
Nicolas Sarkozy cuenta con el respaldo de la mayoría de los ciudadanos, y en el debate público se impone la idea de la firmeza. Nicolas Sarkozy podía haberse 'quemado' en la crisis de los suburbios, pero ha logrado controlar la ola de violencia. Dominique de Villepin ha impuesto un toque moderador al ardor represivo surgido en su mayoría. Europa empieza a ver a uno de los dos como heredero de Chirac, que hoy cumple 73 años, enfrentados a la inmigración como una clave del futuro. La tolerancia cero con la delincuencia fue el arma electoral usada por Jacques Chirac para ser reelegido presidente de la República en 2002. Tres años y medio más tarde, el mundo entero ha asistido a una oleada de disturbios suburbanos, que sólo han terminado tras la asunción de poderes excepcionales por el Gobierno de París. Esta situación podría haber supuesto una losa en el camino del ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, hacia esa presidencia de la República que ambiciona: sin embargo, la mayoría silenciosa de los franceses se ha parapetado detrás de él y Sarkozy podría movilizarla para ganar las elecciones en 2007, con una oferta basada en reformas económicas liberales y una gestión autoritaria de la seguridad interior que incluya, no obstante, la promoción de "hijos de la inmigración" a esos puestos relevantes de los que llevan demasiado tiempo ausentes.

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