La reunión presidencial de países del Mercosur es una buena oportunidad para replantear algunas cuestiones fundamentales de la asociación. El propósito del Mercosur es crear un mercado ampliado para facilitar la inversión, promover las economías de escala y la competitividad de las economías. Tiene, también, el objetivo de promover el acercamiento político y cultural. En una primera etapa el Mercosur tuvo éxito desde el punto de vista comercial pero, a partir de una serie de elementos como el inicio y posterior estallido de la crisis argentina y la devaluación brasileña, la situación cambió radicalmente. También contribuyeron en este sentido las divergencias de política económica y externa de los socios. Brasil enfatizó sus políticas de promoción de inversiones y exportaciones que contradicen la necesidad de coordinación macroeconómica mínima de cualquier tratado de integración y desarrolló una política externa multipolar orientada a buscar la hegemonía regional y su proyección internacional. Mientras tanto, la Argentina administraba su salida de la crisis sin contar hasta ahora con políticas similares en materia de inversión y exportaciones. Uruguay y Paraguay, por su parte, han dado muestras de interesarse por una relación bilateral más estrecha con los Estados Unidos. En el sector privado se manifiestan también divergencias ya que tanto en Argentina como en Brasil existen sectores preocupados por la competencia de su vecino y otros que consideran que se debe priorizar un acuerdo comercial con los Estados Unidos por sobre los del Mercosur. A este cuadro se agregaron las divergencias sobre la iniciativa de incorporar a Venezuela al Mercosur, objetivo atractivo por las reservas energéticas de ese país, pero complejo por la compatibilización de regímenes comerciales y por las tensiones que causa en la estrategia regional de Brasil. Los gobiernos del Mercosur deben considerar la situación objetivamente y transmitir a los agentes económicos y a la ciudadanía proyectos realistas y superadores en función del bienestar de las respectivas sociedades. Los gobiernos del Mercosur deben considerar la situación objetivamente y transmitir a los agentes económicos y a la ciudadanía proyectos realistas y superadores en función del bienestar de las respectivas sociedades.
Fuente: Editorial del diario El Clarín de Buenos Aires.
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