Luego de una maratónica sesión de trabajo de 17 horas en Washington, funcionarios de Perú y Estados Unidos lograron cerrar en la tarde del miércoles las negociaciones para la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC). Al final de la jornada corrieron lágrimas de emoción y abrazos efusivos. Mientras, en la capital peruana, el presidente Alejandro Toledo, flanqueado por empresarios como Dionisio Romero y José Miguel Morales, anunció oficialmente la culminación técnica del acuerdo comercial, a 19 meses de haberse iniciado las negociaciones. El mandatario aseguró que, como en todo proceso de negociación, "hubo costos que pagar". Pero estos costos, es decir, los productos agropecuarios que resultarían perjudicados de inmediato con la apertura comercial, serían compensados con un monto que iría de US$100 a US$150 millones. Añadió que esta compensación sería prolongada. "No vamos a desproteger al productor nacional", aseveró. Pero lo que no alcanzó a precisar, sin embargo, es de dónde provendrán, ni cómo se manejarán, los fondos de compensación prometidos a los sectores que resultarían perjudicados.
Respecto al trámite pendiente que representa la revisión y aprobación del tratado por parte de los congresos de ambos países, Toledo se mostró confiado, pues dijo no creer que alguien pueda estar en desacuerdo "sobre un tema que generará más trabajo e inversiones". Para el caso del Perú, el presidente estimó que, en los próximos 10 años, el TLC entre Perú y EE.UU. generaría 6 millones de puestos de trabajo. "Eso significa 600.000 puestos de trabajo al año, y eso representará más consumo y más inversión", sostuvo. EQUILIBRIO A pesar de las críticas de algunos sectores productivos andinos, que han cuestionado la "escasa solidaridad" del Perú con Colombia y Ecuador, los negociadores peruanos habrían logrado resultados equilibrados en algunos de los denominados temas sensibles. Por ejemplo, no se permitió el ingreso de ropa usada, ni la implementación de patentes de segundo uso. Tampoco se aceptaron las prohibiciones para el ingreso del espárrago peruano. Se dice también que se rechazó con éxito toda pretensión de patentar o conceder algún tipo de registro especial para métodos de diagnóstico, terapéuticos y de procedimientos quirúrgicos. Por último, según declaró Alfredo Ferrero, EE.UU. aprobó una cláusula especial para proteger la biodiversidad, medida que el país del norte no ha concedido a otros países en ninguna de sus negociaciones comerciales. En ese sentido, el acuerdo no registraría nada que abra la posibilidad de patentar especies animales, vegetales o de ningún tipo propias de nuestro país. Además, los negociadores peruanos lograron incluir en el texto un reconocimiento especial a las comunidades indígenas, al derecho de usufructuar la tierra y hasta un compromiso para respetar las costumbres ancestrales de esos pueblos. En el preámbulo del texto final del TLC se incluyó una mención en donde Estados Unidos se compromete a "realizar los máximos esfuerzos" para lograr una prórroga del ATPDEA mientras se consigue la aprobación del acuerdo en el congreso estadounidense.
Respecto al trámite pendiente que representa la revisión y aprobación del tratado por parte de los congresos de ambos países, Toledo se mostró confiado, pues dijo no creer que alguien pueda estar en desacuerdo "sobre un tema que generará más trabajo e inversiones". Para el caso del Perú, el presidente estimó que, en los próximos 10 años, el TLC entre Perú y EE.UU. generaría 6 millones de puestos de trabajo. "Eso significa 600.000 puestos de trabajo al año, y eso representará más consumo y más inversión", sostuvo. EQUILIBRIO A pesar de las críticas de algunos sectores productivos andinos, que han cuestionado la "escasa solidaridad" del Perú con Colombia y Ecuador, los negociadores peruanos habrían logrado resultados equilibrados en algunos de los denominados temas sensibles. Por ejemplo, no se permitió el ingreso de ropa usada, ni la implementación de patentes de segundo uso. Tampoco se aceptaron las prohibiciones para el ingreso del espárrago peruano. Se dice también que se rechazó con éxito toda pretensión de patentar o conceder algún tipo de registro especial para métodos de diagnóstico, terapéuticos y de procedimientos quirúrgicos. Por último, según declaró Alfredo Ferrero, EE.UU. aprobó una cláusula especial para proteger la biodiversidad, medida que el país del norte no ha concedido a otros países en ninguna de sus negociaciones comerciales. En ese sentido, el acuerdo no registraría nada que abra la posibilidad de patentar especies animales, vegetales o de ningún tipo propias de nuestro país. Además, los negociadores peruanos lograron incluir en el texto un reconocimiento especial a las comunidades indígenas, al derecho de usufructuar la tierra y hasta un compromiso para respetar las costumbres ancestrales de esos pueblos. En el preámbulo del texto final del TLC se incluyó una mención en donde Estados Unidos se compromete a "realizar los máximos esfuerzos" para lograr una prórroga del ATPDEA mientras se consigue la aprobación del acuerdo en el congreso estadounidense.
Fuente: Diario El Comercio de Lima
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