VILENCIA RACIAL EN AUSTRALIA -SYDNEY- EL EPIDENTRO

Siete personas han resultado heridas, entre 30 y 40 coches han sido dañados y una decena de sospechosos han sido detenidos en la tercera jornada consecutiva de violencia racial en distintas partes de Sydney, según ha explicado la policía australiana. Un grupo de jóvenes, principalmente de Oriente Próximo, atacaron a varias personas con bates de béisbol, destrozaron varios vehículos y lanzaron piedras contra la policía, en un nuevo brote de violencia racista en la ciudad de Sydney. En la playa Maroubra, la policía encontró 30 cócteles molotov y cajas de rocas almacenadas sobre tejados. "Estos criminales han declarado la guerra a nuestra sociedad y no vamos a dejarles que triunfen" ,declaró el primer ministro de Nueva Gales del Sur, Morris Iemma. "Ustedes no tomarán el mando de nuestras calles", añadió Iemma, cuando anunció que la policía tenía poderes para restringir el paso en determinadas zonas. "Estamos ante una situación sin precedentes en Australia. Nunca antes se había vivido unos brotes de violencia como estos", explicó Mark Goodwin, un policía de Nueva Gales del Sur. El líder islámico Fadi Abdul Rahman explicó que estos brotes de violencia se deben a que los jóvenes musulmanes están crispados con la policía por el trato que reciben de estos. "Ellos sienten que las autoridades australianas no les tratan de la misma manera que a la comunidad anglosajona". En los suburbios de Brighton-Le-Sands, grupos de jóvenes han lanzado piedras a los vehículos policiales y de particulares antes de dispersarse cuando llegaban las fuerzas del orden. En Lakemba, un barrio vecino de mayoría musulmana, cerca de 500 jóvenes aseguran que han detenido un ataque con una barricada cerca de la mezquita local. A continuación han sido dispersados por la policía. Reacción de las autoridades Las autoridades australianas, encabezadas por el primer ministro del país, John Howard, han condenado los incidentes. "Atacar a personas por motivo de su raza, apariencia o etnia es totalmente inaceptable y debería ser rechazado por todos y cada uno de los australianos", afirmó Howard con rotundidad. El brote de violencia en la ciudad australiana comenzó el pasado domingo, cuando unas 5.000 personas, muchas en estado de ebriedad, se congregaron en la playa de Cronulla con banderas australianas y cantando proclamas racistas contra los "libaneses y negros", provocando una treintena de heridos. Éstos se congregaron por medio mensajes telefónicos de contenido racista que animaban a responder con violencia a los ataques de "las bandas de Oriente Próximo".