En Gran Bretaña :La revolución educativa empezó en Wycombe Abbey

Este colegio, exclusivo para chicas, obtiene, desde su creación, los mejores resultados académicos en Reino Unido. ¿Cuál es el secreto de su éxito?. WYCOMBE Abbey es una de las escuelas elitistas más prestigiosas del Reino Unido. Es un internado privado, de educación secundaria (de 11 a 18 años), exclusivo para chicas. Es también la escuela que revolucionó la educación del país, ya que en sus más de 100 años de tradición ha perfeccionado un método educativo que, vistos los resultados académicos, parece infalible: el 100% de sus alumnas acceden a la universidad, el 90% con grado A (la máxima puntuación) y el nombre de la escuela aparece cada año en los primeros puestos de la clasificación de escuelas por nota. ¿Cuál es el secreto de este éxito?. El colegio está emplazado en High Wycombe, un pueblo tranquilo a 40 minutos en tren de Londres. Se expande por un privilegiado valle del monte de los Chilterns como si fuera otro pequeño pueblo. Las aulas se concentran en un imponente edificio de estilo gótico. Las casas de las estudiantes se alinean en la ladera. Enfrente, destaca el centro deportivo, con una piscina, gimnasio y pistas de squash. Separado por un estanque, está el teatro y, en el centro del colegio, la capilla. El resto es el interminable valle verde y silencioso.33.500 euros al año Es sábado por la mañana, pero en Wycombe Abbey es un día lectivo más, aunque hoy las clases terminan al mediodía. Es una mañana gris y fría. Tiffany Cho desciende los escalones de piedra que llevan de la casa donde vive a la escuela. Tiffany tiene 17 años y cursa el primer año de los dos que conforman el último ciclo antes de la universidad. Es una chica alegre y espabilada, de origen coreano. Entró en la escuela hace cuatro años. Para ingresar tuvo que superar las selectivas pruebas de acceso, que constan de un examen y actividades para evaluar las aptitudes de la candidata. “Buscamos chicas que puedan encajar en el colegio y que puedan seguir el rápido ritmo de nuestras clases”, explica la directora de la escuela, Pauline Davies. La última criba es económica, ya que cada curso académico cuesta 33.500 euros. Tiffany realiza múltiples actividades. Estudia chino y español, practica badminton, es miembro del coro de la escuela y recibe clases especiales de violín. “Es una excelente violinista”, asegura una de sus compañeras. Wycombe Abbey tiene una gran tradición musical y tres cuartas partes de las estudiantes tocan algún instrumento. Atención individual. La escuela tiene 550 alumnas y 120 profesores (80 de ellos a tiempo completo), con lo que la proporción de estudiantes por profesor es muy baja. Cada clase cuenta con una media de 10 a 12 alumnas. “Ésto permite hacer un seguimiento individual”, asegura la directora. Las clases son muy prácticas, potencian el trabajo en grupo y combinan los métodos más tradicionales de enseñanza con la incorporación de las últimas tecnologías. “Queremos que las alumnas arriesguen, que se atrevan a probar cosas nuevas sin miedo a equivocarse y, cuando alguna destaca en alguna disciplina, la animamos para que mejore, porque así rendirá mejor en el resto de asignaturas”, explica una de las profesoras. El colegio dispone de 10 laboratorios científicos, salas de Internet y una completa biblioteca. El objetivo es que las alumnas puedan desarrollar no sólo la faceta intelectual, sino también la creativa, la espiritual y la deportiva. “La educación debe dar al estudiante un mejor conocimiento de sí mismo, saber sus puntos fuertes y debilidades”, reflexiona Davies. Al mediodía, después de clase, el valle se llena de estudiantes impecablemente uniformadas. Se preparan para disputar un partido de lacrosse, un deporte muy popular en la escuela y que consiste en jugar una pelota con una especie de raqueta terminada en red. Wycombe Abbey se ha convertido también en el hogar de Emily Stott. Tiene 17 años y vive aquí desde los 11. Sus padres residen en Londres. “El año pasado mis padres me preguntaron si quería cambiar de escuela. Les dije que no”, dice. Emily está en el último ciclo y quiere licenciarse en Lenguas Clásicas. “Cuando dices que estudias en Wycombe Abbey, la gente cree que nos pasamos el día encerradas estudiando, que somos superinteligentes, pero en realidad somos iguales que las otras chicas de nuestra edad”, afirma. La escuela, que pertenece a la iglesia anglicana, fue fundada por una mujer, Frances Dove, en 1896, para ofrecer a las chicas la misma educación que recibían los chicos en una época en la que no se creía que las mujeres debieran ser educadas. Siempre ha sido un colegio de chicas. Una de sus prioridades desde su fundación es contribuir a organizaciones benéficas. “Todas las alumnas colaboran con alguna institución local. La escogen ellas mismas”, afirma el padre Tim, párroco del la escuela.