martes, marzo 21, 2006

El tiempo, un antiguo misterio

El tiempo ha sido y es objeto de reflexión filosófica desde los comienzos mismos de la filosofía. Hay dos preguntas metafísicas por excelencia, a las cuales el tiempo no escapa. La primera es: ¿existe el tiempo, es decir, es real? La segunda: ¿qué es el tiempo? Pocos filósofos han respondido negativamente a la primera pregunta.Entre ellos se destacan Parménides, Zenón y, en el siglo XX, McTaggart. Los dos primeros negaron la realidad del movimiento y con él, la realidad del tiempo. Es que la idea de tiempo va estrechamente unida a la de cambio: es el cambio aquello que ocurre en el tiempo.Pasemos a la segunda pregunta, si el tiempo está ligado al cambio. ¿Cuál es la naturaleza de esta relación? Para los antecesores de Aristóteles el tiempo es el cambio; para él, el tiempo es la medida del movimiento. Para Leibniz el tiempo se construye a partir de las relaciones entre eventos, es nada más que un conjunto de relaciones.Si por el contrario aceptamos que el tiempo es una entidad que tiene partes —presente, pasado y futuro— llegamos al siguiente problema: de estas partes dos no existen, y sólo queda el presente, que parece ser no más que un punto que divide dos entidades inexistentes. Otra opción es concebir al tiempo como un pasaje, un flujo, un movimiento del futuro hacia el pasado: el "ahora" tiene un privilegio respecto de los demás momentos. Otra posición alternativa que se opone a ésta es que todos los eventos pasados, presentes y futuros forman una serie equivalente ontológicamente hablando, un mundo de cuatro dimensiones como el que postu la la física; sólo que algunos de ellos están relacionados con nuestra conciencia, y es por ella que tenemos la idea subjetiva de devenir; así, para algunos filósofos (Swinburne, Sosa), el tiempo es sólo un hecho subjetivo.
Fuente: Diario El Clarín de Buenos Aires

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

 
Libardo Buitrago / Blog © 2013 | Designed by RA