martes, abril 25, 2006

Lo que no mata, fortalece: Carlos Gardel cantaba con una bala en el pulmón izquierdo

Para el reloj de la historia, cuatro meses son menos que un suspiro. Sin embargo, a veces es tiempo suficiente como para develar aquello que la vorágine del día a día pareciera esconder bajo la tinta del viejo diario de ayer. Y si no, que lo digan ellos que fueron la noticia vedette del verano hasta que Nazarena Vélez decidió lanzar su candidatura a mediática del año. Durante varias jornadas, gozaron del elogio en la charla de café: Qué bien que la hicieron; no hay que atraparlos, hay que aplaudirlos; cuando sea grande quiero ser como ellos. Pero en la Argentina de la idolatría efímera bastó que una mujer despechada los delatara para que, uno a uno, los boqueteros que vaciaron las cajas de seguridad del Banco Río de Acassuso empezaran a caer tanto como su prestigio. Eso hasta ayer, cuando el debut del programa "Historia secreta", por History Channel, los acomodó en el verdadero lugar que merecen. Que quede claro y que lo sepan todos: los boqueteros son fieles exponentes de la reivindicación de un pasado que supo defender a Buenos Aires de las invasiones inglesas no sólo con aceite hirviendo. "Los túneles del siglo XVIII y XIX tenían un carácter defensivo al no ser ésta una ciudad con murallas ni nada", explicó el arqueólogo Daniel Schavelzón sobre los pasadizos que se esconden debajo de Plaza de Mayo.

Lo que Diego Maradona es para los futbolistas, el ingeniero catalán Sentenach lo es para los boqueteros. Según, Schavelzón, Sentenach se puso la camiseta (Argentina) y agarró pico y pala para construir un túnel hasta el cuartel donde estaban los ingleses. Quería llegar allí y poner una bomba. Quería... porque apenas había cavado unos metros cuando los invasores ya se habían ido. Esperemos que ojalá alguien le haya avisado a la vieja gloria del subsuelo. De todas formas nuestros muchachos del Banco Río se inspiraron más en la faceta delictiva que en la defensiva de los túneles: "La ciudad pudo existir y se hizo a partir del contrabando", resumió el arqueólogo.

Esta serie documental se ocupará -en emisiones mensuales, y la próxima es el 22 de mayo a las 21 hs- de las atractivas historias que esconden las grandes urbes de América Latina. Fue Daniel Malnatti quien condujo el envío referido a las leyendas urbanas de Buenos Aires (le seguirá México y otro conductor). Así, entre otras cosas nos enteramos que durante veinte años el Zorzal criollo no tuvo dramas en inflar el pecho y pasear su voz pese a que tenía alojada una bala en el pulmón izquierdo. En 1914, a la salida del Palais de Glace -gran salón de baile de la época-, a Carlos Gardel le dispararon a quemarropa cuando quiso defender a un actor amigo al que hostigaban tres hombres. La República de la Boca fue otro de los buenos relatos. "Antes, en la Boca, si no hablabas genovés no tenías cabida", aseguró el historiador boquense Rubén Ponziolo. Tanto que, cansados de que la ciudad no atendiera sus demandas, en 1882 los genoveses le mandaron una carta al rey de Italia y le dijeron que habían fundado la República de la Boca. Pero, vaya paradoja, los boquenses gallinearon: "Vino con tres soldados, pegó cuatro gritos y los genoveses se fueron al mazo", contó Ponziolo cómo el entonces presidente Julio Argentino Roca les hizo entender que estaban equivocados. Sin embargo, desde 1986 en la Boca existe el Consejo Supremo de la 3ra República de la Boca. Y no seremos íntimos, pero ya podemos chapear con que conocemos a Reinaldo Bernasconi, ministro de Agasajos, y a Beatriz Anselmi, Embajadora de la Boca en ¡Barracas! Y no, por el momento no tienen representantes en Nuñez...

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