El Indice de Precios al Consumo (IPC) en EEUU aumentó un 0,6% en abril, el mayor incremento de los últimos tres meses, debido al encarecimiento de distintos productos, desde la gasolina, hasta la ropa, los alquileres y los servicios médicos. El aumento de precios se produce tras una también fuerte subida del 0,4% en marzo, según los datos divulgados este miércoles por el Departamento de Trabajo. La inflación subyacente, un dato muy seguido por la Reserva Federal (Fed) a la hora de establecer su política monetaria y que excluye los precios más volátiles de la energía y la alimentación, fue del 0,3% en abril por segundo mes consecutivo, una décima más de lo que esperaba el mercado. El considerable incremento de los precios hace temer que los mayores costes de la energía pueden haber empezado a trasladarse a una amplia gama de productos, algo que no había ocurrido hasta ahora.
En lo que va de año, el IPC ha aumentado a una tasa anual del 5,1%, dato que se sitúa muy por encima del 3,4% acumulado en el conjunto del 2005. Por su parte, la inflación subyacente avanza a un ritmo anual del 3%, comparado con el 2,2% del 2005. La lectura interanual se sitúa así en el 3,5% para la general y el 2,3% para la inflación estructural. La noticia repercutió inmediatamente en Wall Street y a media sesión sus principales indicadores caían más de un 1%, potenciando además las pérdidas en los parqués europeos, que han cerrado con fuertes descensos. También frenó el descenso del dólar frente al euro. El billete verde se apreció casi un 1%, poniéndose por debajo del nivel de 1,28. La Fed dejó la puerta abierta a futuras subidas durante su reunión de la semana pasada al señalar que su Comité de Mercado Abierto "juzga que todavía pueden ser necesarios ajustes adicionales para hacer frente a los riesgos inflacionarios". La próxima reunión del organismo tendrá lugar a finales de junio y los economistas no se ponen de acuerdo sobre el resultado de la misma, aunque los datos conocidos este miércoles parecen respaldar la necesidad de nuevos ajustes. El Departamento de Trabajo indicó que la mitad de la inflación subyacente obedeció al encarecimiento de los alquileres, y que a ello también contribuyó el aumento en los precios de las prendas de vestir, gastos médicos, educación y comunicación.
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