Producción nacional está al límite y una nueva inyección de recursos requerirá de tiempo y esfuerzo. La actual producción nacional de gas natural está por demás sobre comprometida con el mercado exterior y nuevas proyecciones de exportación requerirán, sin lugar a dudas, nuevas inversiones que la política del gobierno viene cancelando paulatinamente y sin visos de recuperarla en el inmediato futuro. La apreciación se produce como efecto de las noticias provenientes de Brasil la pasada semana, cuando el recientemente elegido presidente del Perú, Alan García, ofreció toda la producción excedentaria de gas natural de ese país al coloso brasileño para su hambrienta industria de energía, particularmente el emporio industrial de Sao Paulo. Para algunos analistas del sector hidrocarburífero esa actitud debería llamar a la reflexión a los actuales gobernantes que se echan laureles con las reservas descubiertas hace más de una década y que insisten en que Perú no dispone de suficientes reservas y que “choca con la realidad histórica de que Bolivia, hace sólo 10 años, tampoco tenía suficientes reservas ni siquiera para cumplir con el contrato que había firmado con Brasil”. “Pero, en contrapartida, sí atrajo inversión para encontrarlas y consolidó mercados para venderlas. Tal como hoy lo hace el recientemente elegido gobierno de Alan Garcia”, afirma la fuente entrevistada, que solicita la reserva para evitar la furia gubernamental contra las críticas a su actual política. El analista en cuestión afirma que “es la inversión de riesgo la que encuentra reservas (y mantiene la capacidad de producción, que es algo totalmente diferente, preguntemos a Argentina que tiene reservas pero que, sin inversión, ahora debe importar gas desde Bolivia), no los discursos ni la ideología”.
Capacidad de producción al límite
“Bolivia no tiene la capacidad de producción para sostener nuevos proyectos, y posiblemente no la tenga siquiera para cumplir sus actuales compromisos de exportación este año. Cinco años de diatriba política nacionalista han frenado la inversión a lo absolutamente necesario y a lo contractualmente comprometido. No existe capacidad ociosa en producción de gas natural en Bolivia”, afirma la fuente. En ese aspecto, cita los datos de la Superintendencia de Hidrocarburos y los informes de las empresas petroleras que dan cuenta del límite de capacidad y oferta que en estos momentos tiene Bolivia. “Se estima un déficit en producción de entre 1.5 y 2.5 Millones de Metros cúbicos por día (MMcd), sobre una demanda proyectada de 39 MMmcd, y esto sólo con 27 MMmcd de exportaciones al Brasil y 4.5 MMmcd a Argentina, contra una capacidad de entrega de gas a ductos de sólo 36.5 a 37.5 MMmcd, que a futuro continuará declinando indefectiblemente mientras Brasil puede pedirnos llegar a los 30 MMcd comprometidos”, afirma el observador.
Caída en capacidad
Otra de las observaciones es que los pozos existentes van perdiendo presión y la producción, lógicamente, va declinando. “La respuesta debería ser la perforación de nuevos pozos para recuperar las tasas de producción. Pero con los contratos existentes cuestionados por el gobierno, sin nuevos contratos, sin conocer los términos y condiciones de las operaciones petroleras en Bolivia, con la pérdida sostenida de mercados potenciales, simplemente no hay ni habrá inversión que valga”, afirma el analista consultado . De la misma manera, es de la opinión que si inclusive PDVSA estuviera en posición de invertir, “los campos y las reservas existentes se encuentran por ahora siendo operados por las empresas ya establecidas en el país y los nuevos inversionistas tendrían, en todo caso, que invertir en nuevos espacios y en actividades exploratorias cuyos plazos y resultados no cuadran con los requerimientos de demanda inmediatos”. Respecto a la oferta peruana a Brasil, es de la opinión que en todo caso, “¿Cuál de los dos países está en mejores condiciones de atraerla? Perú, como lo hizo Bolivia en 1996, para incrementar sus reservas y consolidar perspectivas de exportación que cuentan con el respaldo claro y decidido del gobierno, de las autoridades, de los inversionistas y de los gobiernos donde están situados los mercados, o Bolivia, donde mas allá de los discursos aún no se ha definido siquiera una política sectorial que impulse el desarrollo de su industria petrolera?”, se pregunta.
Fuente: Artículo del Diario de la Paz Bolivia


No hay comentarios.:
Publicar un comentario