La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, emprende hoy mismo una gira que la llevará a Israel y a Italia, con el objetivo de realizar un primer paso para la resolución de la crisis bélica abierta entre Israel y Líbano. Estados Unidos se ha dedicado hasta ahora a mirar desde la barrera cómo Israel respondía a las provocaciones del grupo terrorista libanés y, justo en el momento en que hace el primer gesto dirigido a buscar una solución al conflicto, ha indicado, por boca de la secretaria de Estado, que no se trata de conseguir un alto el fuego "que no va a durar". La señora Rice ha sido incluso más precisa y ha señalado que no apoyará un alto el fuego que no signifique el desarme de Hezbolá y la toma de control por parte del Ejército libanés del sur del país, en un ejercicio algo cínico que cambia el orden de las cosas: los objetivos que hay que conseguir son presentados como condición previa o simultánea para algo tan elemental, necesario y previo a cualquier cosa como que callen las armas y dejen de caer civiles a ambos lados de la frontera lo más pronto y rápidamente posible. Estas declaraciones son el equivalente a dar un cheque en blanco a Israel para que siga en su ofensiva hasta cuando considere conveniente, con independencia del número de víctimas civiles, del peligro de una crisis de alimentos y de sanidad que puede desencadenarse y de lo que quede de las infraestructuras del país árabe.
Continue leyendo el editorial del diario El País de España
No hay comentarios.:
Publicar un comentario