miércoles, julio 12, 2006

Israel se prepara para una ofensiva sin olvidar la guerra de 1982



La artillería israelí dispara a través de la frontera entre Israel y el Líbano. Foto: EFE)


El Ejército israelí se prepara para una ofensiva a gran escala en el sur del Líbano, tras el secuestro de dos de sus soldados esta mañana por Hizbulá, sin perder de vista que la última vez que lo hizo permaneció en ese territorio casi dos décadas. El comandante en jefe del Ejército, el general Dan Halutz, ha dado la orden de preparar el alistamiento de una división de reservistas, para reforzar la cabeza de puente que ya ha tomado posiciones en el sur del Líbano, alrededor del puesto de Zarit. El objetivo de las primeras fuerzas es cerrar la zona donde hoy atacó la guerrilla libanesa pro-iraní Hizbulá, causando siete muertos en el Ejército israelí y capturando a otros dos. Indicio de las posibles consecuencias de este ataque son las declaraciones que realizaron el primer ministro, Ehud Olmert, y el jefe del Ejército, Halutz. "Quiero aclarar, los sucesos de esta mañana no los consideramos un ataque terrorista, sino un ataque por parte de un Estado soberano, sin razón y sin provocación", dijo Olmert en conferencia de prensa. Y agregó que "el Gobierno del Líbano, en el que Hizbulá participa, intenta desestabilizar la región. Líbano es el responsable (del ataque) y es responsable de las consecuencias de sus actividades". Para reafirmar esta postura ante el gobierno de Beirut, cazabombarderos F-16 sobrevolaron esa capital árabe, y bombardearon varios puentes en el sur del Líbano, así como una central eléctrica. En la base aérea de Ramat David, en el norte de Israel, los artilleros continuaban a primera hora de la tarde armando aviones con misiles aire-tierra y bombas de racimo para eventuales nuevos ataques.

Fuentes militares consultadas por EFE no descartan tampoco ataques aéreos en Siria, quizás de campamentos de milicias palestinas que tienen allí su base de operaciones. Para afrontar esta escalada, miles de soldados reservistas han sido llamados a filas en una convocatoria sólo emitida por el Ejército en caso de guerra o emergencia, y numerosos blindados se concentran en todos los frentes de la frontera con el Líbano, no sólo donde ocurrieron los hechos. El Ejército israelí también ha cancelado los permisos de sus soldados regulares y ha anulado los cursos en los que participaban militares destinados en el norte, entre ellos tripulaciones de blindados y artilleros, confirmó a Efe uno de ellos. Fuentes diplomáticas dijeron que "esta vez vamos a entrar (al Líbano) con fuerza", algo que parecen confirmar las declaraciones al respecto del general Halutz.
"Haremos que el Líbano vuelva a la (situación) de hace unos 20 años", subrayó este alto mando, en alusión a que las infraestructuras construidas después de la guerra civil en el Líbano, y en las que el gobierno libanés ha invertido más de 10.000 millones de dólares, serán el primer blanco.
Algunos analistas interpretaron las amenazas de Halutz como una declaración de intenciones de repetir la invasión de 1982, cuando tres columnas de blindados entraron en el sur para poner fin a lo que Israel describía como el "Fatahland", es decir, la influencia y los ataques de la OLP desde ese territorio. Pero ha sido el propio primer ministro quien ha truncado esas aspiraciones, expresadas sobre todo desde la derecha nacionalista, al decir que "la respuesta al ataque de Hizbulá será comedida, pero muy, muy, muy dolorosa". Y es que Israel no puede olvidar aún el precio que pagó -en vidas y económico- por aquella invasión, que condujo a tres años de guerra
y 18 de ocupación de una franja en el sur del Líbano. Israel se retiró de allí en 2000 advirtiendo a las autoridades de Beirut sobre cuál sería el precio que se cobraría por cada ataque, y hoy, dicen las fuentes, "el Líbano pagará uno de los precios más caros". Precio similar al que pagan los palestinos en Gaza, donde Israel ha ocupado varias zonas y bombardea de forma intermitente para forzar la liberación del soldado Guilad Shalit, aún en poder del brazo armado de Hamás. De lo que no hay duda es de que Olmert no está dispuesto a negociar, tal y como se lo aclaró hoy en una tensa reunión a los padres de Shalit, a quienes dijo: "No negociaremos con ninguna organización terrorista, eso era así, ayer, y será así mañana".


Fuente: Agencia EFE

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