Raúl Castro asume por primera vez el mando de forma provisional

Por primera vez en casi medio siglo de revolución, Raúl Castro, segundo hombre de la jerarquía cubana y ministro de las Fuerzas Armadas, ha asumido la jefatura del Partido Comunista, el Consejo de Estado y el Ejército temporalmente por la grave enfermedad de su hermano, Fidel Castro. Como primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, segundo secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Raúl Castro, de 75 años, es el sucesor legal del líder de la revolución. La Constitución cubana establece que el primer vicepresidente asumirá las funciones del presidente en caso de ausencia, enfermedad o muerte. Raúl es, además, un hombre clave para la sucesión en el poder y el futuro del socialismo en Cuba. "Realmente después de mí, (Raúl) es el que tiene más experiencia, más conocimiento", dijo Fidel Castro en junio del 2001, tras sufrir un desmayo en un acto multitudinario en las afueras de La Habana. "Pero no sólo está Raúl, sino una pléyade de jóvenes nuevos y con talento en nuestro país", indicó entonces. Ahora, debido a la operación en el estómago, con sangrado, que ha sufrido su hermano Fidel, Raúl asumirá provisionalmente la Jefatura del Estado arropado en las áreas prioritarias de la revolución por veteranos en el buró político del Partido, como José Ramón Machado Ventura y José Ramón Balaguer, y de cuadros de generaciones más jóvenes, como el vicepresidente, Carlos Lage, y el canciller, Felipe Pérez Roque, dos de los hombres más cercanos al mandatario. A pesar de tener personalidades muy diferentes, según apuntan algunos de sus biógrafos, los dos hermanos han estado estrechamente unidos durante toda su vida. Frente a la poderosa presencia física y la personalidad arrolladora de Fidel, Raúl se ha mantenido en un discreto segundoplano durante todos estos años. "El 90 por ciento de mi tiempo está dedicado al Partido Comunista de Cuba y la mayoría de mis actividades no son publicables y es por eso que no salgo en la prensa", explicó durante una ceremonia militar en diciembre del 2003. Educado en los Jesuitas de Santiago de Cuba y luego en La Habana, como su hermano, estudió en la Universidad mientras participaba en los movimientos de lucha contra la dictadura de Fulgencio Bastista siguiendo los pasos de Fidel. En julio de 1953 dirigió la toma del Palacio de Justicia de Santiago de Cuba, dentro de la operación del asalto al cuartel Moncada organizado por Castro para tumbar al gobierno de Batista. Tras el fracaso del intento, fue condenado a 13 años de prisión pero, al igual que su hermano, se benefició de una amnistía dos años después y se exilió en México, donde participó en la preparación de la expedición del yate "Granma" que daría inicio a la revolución, en diciembre de 1956. Durante su lucha en la sierra, participó en todas las campañas guerrilleras y, en febrero de 1958, fue ascendido a comandante por su hermano, que le encargó la apertura de un segundo frente de combate en las provincias orientales. En la clandestinidad conoció a Vilma Espín, con quien se casó a principios de 1959, tras el fin de la lucha armada. Después del triunfo de la revolución, se volcó en la creación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y, durante los primeros años del gobierno revolucionario, se encargó de mantener contactos de alto nivel con la desaparecida Unión Soviética. Aunque tiene reputación de hombre duro y ortodoxo, a Raúl Castro se deben algunas de las más importantes iniciativas reformistas del país. Convirtió las fuerzas rebeldes en un ejército moderno con la creación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en 1959. Bajo su mando, las FAR superaron los límites militares, aportaron cuadros al Partido Comunista de Cuba y ministros al gobierno y se han ocupado de algunas de las actividades económicas más importantes del país. En 1994, en pleno periodo especial, fue el artífice de la apertura de los mercados libres campesinos para garantizar alimentos a la población. Su vida privada está rodeada de la máxima discreción y, como Fidel, es blanco de rumores periódicos sobre supuestos problemas de salud, alimentados por sus largas ausencias públicas.