La Triple Frontera es una de las áreas territoriales del subcontinente sudamericano identificadas como una fuente de inseguridad para la región y todo el continente. Si esto es así es debido a la débil presencia de controles públicos sobre las actividades económicas del lugar. En la Triple Frontera existe una difusa línea divisoria entre lo legal y lo ilegal, lo que abarca una amplia gama que va desde el contrabando hasta el tráfico de drogas y armas, el lavado de dinero y la actuación de redes delictivas. A ello debe agregarse la hipótesis de que en esta zona limítrofe tripartita, y sobre todo en la parte paraguaya con epicentro en Ciudad del Este, existirían bases de apoyo para actividades directa o indirectamente ligadas al financiamiento de organizaciones armadas.
Esta hipótesis es motivo de preocupación para los Estados Unidos y también para los gobiernos de la región. De hecho así viene ocurriendo en el seno de los organismos e instancias regionales y hemisféricos donde se crearon comisiones y grupos de seguimiento sobre los temas críticos de la zona. Una visión integral de la situación en la Triple Frontera debe incluir, igualmente, la necesidad de mejorar los controles migratorios y de aduanas, así como el desarrollo de una política regional respecto de esa área. Esto supone también dejar de ver a la Triple Frontera como un "agujero negro" o región impenetrable del territorio sudamericano. Los países que comparten las fronteras en este punto crítico deben actuar preventivamente para debilitar los argumentos a favor de intervención de terceros países en la zona.
La Triple Frontera es fuente de preocupación como fuente de amenazas a la seguridad regional debido a la débil o ineficaz presencia estatal en el área. Para revertir esa situación hay que mejorar la cooperación y la coordinación.
Fuente: Editorial del diario El Clarín de Buenos Aires.
Esta hipótesis es motivo de preocupación para los Estados Unidos y también para los gobiernos de la región. De hecho así viene ocurriendo en el seno de los organismos e instancias regionales y hemisféricos donde se crearon comisiones y grupos de seguimiento sobre los temas críticos de la zona. Una visión integral de la situación en la Triple Frontera debe incluir, igualmente, la necesidad de mejorar los controles migratorios y de aduanas, así como el desarrollo de una política regional respecto de esa área. Esto supone también dejar de ver a la Triple Frontera como un "agujero negro" o región impenetrable del territorio sudamericano. Los países que comparten las fronteras en este punto crítico deben actuar preventivamente para debilitar los argumentos a favor de intervención de terceros países en la zona.
La Triple Frontera es fuente de preocupación como fuente de amenazas a la seguridad regional debido a la débil o ineficaz presencia estatal en el área. Para revertir esa situación hay que mejorar la cooperación y la coordinación.
Fuente: Editorial del diario El Clarín de Buenos Aires.
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