En la ceremonia de apertura, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, insistió en que su país no renunciará a "sus derechos nucleares", tras reiterar que el programa de Irán tiene fines pacíficos. También reafirmó que Irán no constituye ninguna amenaza para los estados de la región, incluido Israel, país que Teherán no reconoce.
El portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Hamed Reza Asefi, a quien cita la emisora, consideró que el proyecto es de la "mayor importancia" y lo calificó de "uno de los más importantes avances iraníes en la tecnología nuclear" que, según Teherán, tiene fines pacíficos. Asefi señaló que la producción de agua pesada puede servir también en el tratamiento de enfermedades como el cáncer, y aseguró que el nuevo proyecto "es obra de los científicos iraníes".
La inauguración de la nueva instalación se produce en un momento en el que la comunidad internacional estudia la respuesta de Teherán al plan de incentivos a cambio de la suspensión del enriquecimiento de uranio. Los responsables iraníes han afirmado que están dispuestos a reanudar el diálogo sobre su programa, que insisten en que tiene fines pacíficos, aunque dejaron claro que no abandonarán el enriquecimiento de uranio.
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