En los 33 días de guerra participaron 30.000 soldados y reservistas de Israel, que deben traspasar el control en el territorio entre el Litani y la frontera internacional al Ejército libanés y a la Fuerza Provisional de la ONU para el Líbano (FPNUL). Otras fuentes militares pronosticaban que en un plazo de 24 a 48 horas comenzará a desplegarse en el sur del Líbano una vanguardia de soldados de la ONU, aunque de momento se desconoce su constitución y cuáles serán sus misiones específicas. La resolución 1.701 prevé el acantonamiento de una fuerza de 15.000 efectivos de la ONU, que reforzará a un contingente de 2.000 (FPNUL), que presta servicios en Líbano desde 1978. La misión de esos soldados —con los que servirían militares españoles entre los de otros ejércitos— será cooperar con los libaneses para garantizar el alto el fuego y permitir al Gobierno de Beirut extender su control en el sur. El Gobierno libanés deberá asegurarse del cumplimiento de las anteriores resoluciones que exigen el desarme de todos los grupos armados en Líbano.
Tras la entrada en vigor del alto el fuego a las 7.00 horas del lunes, miles de israelíes continuaban volviendo desde la víspera a sus casas en ciudades y pueblos de Galilea. Por su parte, altos mandos del 'Tsahal' creen que los milicianos de Hezbolláh están regresando a las aldeas libanesas del sur junto con sus habitantes para restablecerse en sus posiciones de antes de la guerra. El líder del Partido de Dios, Hasan Nasralá, declaró anoche que, pese al acuerdo para el alto el fuego, Hizbulá no se desarmará pues es la única fuerza capaz de defender a Líbano.
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