martes, agosto 01, 2006

SUCESION O TRANSICION, EJES DE UNA DURA BATALLA POR EL FUTURO DE LA REVOLUCION CUBANA

La disputa es casi tan añeja como la misma revolución. Por eso, no hizo falta que Fidel Castro anunciara la delegación provisoria del Gobierno de Cuba en su hermano Raúl para que la guerra por la sucesión se volviera inquietante. En realidad, la batalla por el futuro político de la isla se libra desde hace tiempo. Y no cabe en ella el mínimo espacio para las improvisaciones. En los Estados Unidos presionan y desesperan por imponer una transición en la Isla que acabe con el modelo comunista. Latinoamérica en cambio, y Europa con menor estridencia, prefieren hablar y, en muchos casos defender, la idea de una sucesión, una salida en sintonía con la autodeterminación de los cubanos que viven en la isla. Si por el gobierno cubano fuera esa sucesión quedaría en manos del Partido Comunista. Y eso es lo que se está viendo en este preciso momento. Fidel Castro está vivo pero nadie sabe cuándo volverá al poder. Este escenario ha sido previsto, (buscado por algunos) desde el momento mismo en que la revolución llegó al poder, en 1959. Y por eso hay tanta cautela, movimientos ajedrecísticos de cada pieza. Los primeros datos dicen que Fidel Castro delegó el poder en su hermano Raúl y en un grupo de hombres del partido. "Raúl es muy saludable. Es el camarada que tiene más autoridad después de mí. Tiene la capacidad de sucederme", había dicho Fidel Castro ya en 2001, después de sufrir un desmayo en un acto público. "La garantía de la continuidad (del régimen) está asegurada", había remarcado entonces. No es casual que allí este Raúl, quien cumplió 75 años el pasado 3 de junio, y junto a él, los líderes más encumbrados del Partido Comunista. En orden de mando le seguirá Carlos Lage, pediatra de 54 años, artífice de las reformas económicas que le permitieron a Cuba combatir la crisis de los 90. Lage, vicepresidente del Consejo de Estado y secretario del Consejo de Ministros tendrá a su cargo el actual programa energético. Un rol fundamental en la floreciente relación que la isla mantiene con Venezuela y China. Y en todo caso se confirma el papel protagónico del Buró Político del PCC. "Nuestro país se encuentra amenazado en circunstancias como esta por el Gobierno de Estados Unidos", ha escrito Fidel Castro en su proclama al pueblo de Cuba. Y entre los últimos hechos concretos de esta amenaza están los 80 millones de dólares extra que el presidente estadounidense, George W. Bush, destinó a la disidencia cubana a principios de julio, duplicando los fondos para acelerar una transición política por si Fidel faltaba. A ello se han sumado unos cuantos augurios mediáticos, con periodistas que se preguntan retóricamente por si alguien en la isla podrá resistir los miles de millones de dólares que ofrecerán los EE.UU., los cubanos en Miami o el Banco Mundial. La estrategia de seducción está en marcha. Pero también está en marcha un proceso contrario al que pregona Washington. El gobierno venezolano es la punta de lanza y en este sentido mucho ha tenido que ver la XXX Cumbre del Mercosur que se llevó a cabo en Córdoba. Fue un gesto claro y contundente la ampliación del vínculo comercial del bloque con la Isla caribeña. Un mensaje estridente para Estados Unidos y para los adalides de la mentada transición. Es que este mensaje de vitalidad regional, amplificado por el reciente ingreso de Venezuela como miembro pleno del bloque, tiene un peso político específico. El Mercosur sentó posición en cuanto al futuro cubano. En Córdoba, Fidel había agradecido este gesto, en una entrevista a la que accedió Clarín.com. "Yo me muero casi todos los días", dijo entonces. Contó que se sentía tranquilo, porque quien trabajó todos los días de su vida puede estar sereno. "Todo el mundo está hablando de mi muerte. Me han querido matar cien veces. Querían descabezar la revolución, pero hice el esfuerzo necesario para que no pasara nada si me pasaba algo", aclaró en la suite de un hotel cordobés. Ahora ese "algo" ha pasado y existe una suerte de verificación empírica en marcha con Raúl en funciones. Precisamente fue Raúl quien hace más de cinco años dijo, tras una visita a Cuba del presidente chino, Jiang Zemin: "No habrá cambios en la isla como reclaman los enemigos de la Revolución, habrá transición hacia un socialismo mejor". Otra vez la palabra transición y todas sus acepciones, que en el caso cubano habrá que esperar para ver a cuál se amolda.
Fuente: Artículo de Horacio Bilbao de la Redacción del diario El Clarín de Buenos Aires

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