Esta crónica que trae el diario La Nación de Buenos Aires, es el relato de lo que le sucedió a una periodista de ese medio, que se vio enuelta en una trama de tráfico de drogas. Recomiendo leerla y sacar conclusiones y reflexiones:
Miro la carita de Lola en la foto carnet y descubro un lunar que ella no tiene. A pesar de la mancha infiel, ella es bella. Mucho. Paso el pulgar por los ojitos y sé que la extraño.
Estoy en el aeropuerto de la soñada Cancún esperando salir a fumar un cigarrillo que me ayude a emparchar la culpa: vine a México como enviada especial de la sección Turismo de LA NACION para cubrir la reconstrucción de este balneario después del huracán Wilma, y Lola, mi pequeña hija, quedó en Buenos Aires con fiebre.
Pilar Bustelo, fotógrafa del diario, también madre, me censura cuando comienzo con el lamento. "Cortala. Son pocos días -dice-, la nena va a estar bien. Esperá a que los demás saquen las valijas de la cinta y nos vamos por unos drinks antes de empezar a trabajar."
Media hora después no tendría ni drinks, ni playa y mucho menos sol. Media hora después quedaba detenida por tráfico de drogas: me imputan haber ingresado en el país dos valijas con 44 kilos de cocaína pura. Mi vida empieza a cambiar drásticamente. Quizás para siempre.
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Miro la carita de Lola en la foto carnet y descubro un lunar que ella no tiene. A pesar de la mancha infiel, ella es bella. Mucho. Paso el pulgar por los ojitos y sé que la extraño.
Estoy en el aeropuerto de la soñada Cancún esperando salir a fumar un cigarrillo que me ayude a emparchar la culpa: vine a México como enviada especial de la sección Turismo de LA NACION para cubrir la reconstrucción de este balneario después del huracán Wilma, y Lola, mi pequeña hija, quedó en Buenos Aires con fiebre.
Pilar Bustelo, fotógrafa del diario, también madre, me censura cuando comienzo con el lamento. "Cortala. Son pocos días -dice-, la nena va a estar bien. Esperá a que los demás saquen las valijas de la cinta y nos vamos por unos drinks antes de empezar a trabajar."
Media hora después no tendría ni drinks, ni playa y mucho menos sol. Media hora después quedaba detenida por tráfico de drogas: me imputan haber ingresado en el país dos valijas con 44 kilos de cocaína pura. Mi vida empieza a cambiar drásticamente. Quizás para siempre.
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