Profesores y padres le dijeron al Guardian de Londres que ya no se sienten seguros de asistir a sus instituciones educativas. En algunas escuelas y universidades, prácticamente la mitad del personal ya se fugó al exterior, renunció o solicitó unas vacaciones prolongadas, y el tamaño de las clases también decayó casi a la mitad en las zonas más afectadas. Los profesionales de la educación superior, particularmente los que enseñan ciencias y salud, fueron blanco de asesinatos. Las universidades desde Basora en el sur hasta Kirkuk y Mosul en el norte fueron infiltradas por milicias armadas, mientras que las mismas milicias de organizaciones islámicas regularmente intimidan a las estudiantes mujeres en la puerta de las escuelas y universidades por no usar la hijab.
Las profesoras recibieron órdenes de su Ministerio de adoptar los códigos islámicos de vestimenta y comportamiento. "Las milicias de todos los bandos están presentes en las universidades. Las clases se interrumpen por el caos y nuestros colegas están huyendo si pueden hacerlo", dijo el profesor Saad Jawad, titular de la cátedra de ciencias políticas en la Universidad de Bagdad. "La situación se está volviendo absolutamente intolerable. Yo decidí quedarme, pero muchos otros profesores ya se fueron. De todas maneras, creo que llegará el momento en que tendré que decidir. Muchos sencillamente abandonaron el país, mientras que otros pidieron prolongadas licencias por enfermedad. Estamos empleando a estudiantes de las maestrías y los doctorados para ocupar las vacantes".
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