El presidente Evo Morales convocó para hoy a una multitudinaria manifestación en defensa de su gobierno ante versiones de golpe de estado difundidos desde el Ejecutivo nacional y el venezolano, que algunos opositores y analistas entienden como una posible maniobra para justificar medidas autoritarias. Morales dijo ayer en la localidad andina de Tiahuanaco que indígenas y otros sectores populares están invitados a la concentración que debe realizarse en el centro de La Paz y en la que el gobierno espera a 100 mil personas. Señaló que la "revolución" que promueve con la solidaridad de los gobiernos de Venezuela y Cuba enfrenta problemas. "Sabíamos que tenía que haber problemas, sabemos que es difícil cambiar la historia negra de 500 años", agregó. El vocero presidencial, Alex Contreras, dijo que la manifestación llevará el nombre de "marcha por la democracia" y obedece al propósito de "reafirmar el sistema democrático" ante los rumores de golpe a los que inicialmente calificó como "irresponsables" y luego dio como atendibles.
El presidente venezolano Hugo Chávez, un estrecho aliado de Morales, denunció el lunes aprestos golpistas promovidos por el Gobierno de Estados Unidos, en consonancia con un artículo firmado por un asesor del gobernante según el cual la asonada se ejecutaría este miércoles 11, por cuenta de militares, policías y civiles de ultra derecha. Desde la oposición, los rumores han suscitado escepticismo y preocupación por la posibilidad de que se conviertan en "una cortina de humo para justificar un autogolpe", según el dirigente del partido opositor Podemos, José Aruquipa. También hay temor a que puedan suscitarse enfrentamientos entre oficialistas y sindicatos independientes, después de que el martes cuadros de seguidores de Morales se enfrentaran con grupos de choferes en el centro de La Paz. Los oficialistas también habían provocado a mineros que llegaron en protesta por la supuesta negligencia del gobierno en la gestión del conflicto del sector que la semana pasada dejó 16 muertos y un centenar de heridos en la localidad andina de Huanuni. "Nos parece que es una convocatoria impertinente por el lado del gobierno. Los ánimos en el país no están lo suficientemente distendidos después de los trágicos incidentes en Huanuni... están exacerbados. Dios no lo quiera, pero podría derivar en enfrentamientos", dijo a la AP el diputado de Podemos Fernando Messmer. A su vez, la analista política Ximena Costa, indicó a la red televisiva ATB que las denuncias de golpe podrían servir de justificativo para tomar "una línea más autoritaria" por parte del Gobierno al señalar que obedecerían también a que "no puede reconocer que los problemas se deben a la ineficiencia gubernamental". Dijo que la forma de defender la democracia es "respetar la ley" y que el gobierno no lo está haciendo al ignorar el sistema de votación previsto en la ley de convocatoria a la Asamblea Constituyente, que debe reescribir la constitución.
Jorge Lazarte, asambleísta de la Unidad Nacional (UN), aliada circunstancial del oficialismo en la Asamblea, señaló a la AP que "no están dadas las condiciones para un golpe" y que los rumores parecen apuntar a alinear a la población detrás de Morales. "Es una maniobra, son predicciones poco responsables", agregó. "Desde Venezuela se han estado haciendo advertencias... sobre conspiraciones, para movilizar a la opinión publica", añadió al señalar que "Si fuera cierto, no tendrían que hacerlo público", sino tomar las medidas de seguridad y disciplinarias correspondientes. Los rumores se propagaron desde el domingo cuando un diario regional reprodujo un artículo del alemán Heinz Dietrich, vinculado a Chávez, en el que afirmaba, citando a "altas fuentes del gobierno boliviano", que el golpe sería perpetrado este miércoles.
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