El Ejército israelí cumple hoy su cuarto día consecutivo de ofensiva a gran escala contra la franja de Gaza, en la que desde la pasada madrugada ha matado a siete palestinos en ataques con misiles y en intercambios de fuego. Con estas últimas muertes se elevan a al menos 44 los palestinos fallecidos desde el miércoles. Los dos últimos fallecidos son dos hermanos, presuntos miembros del movimiento islámico de Hamás, al este del campo de refugiados de Yabalia, en el norte de la franja.
Los hermanos, de 23 y 25 años, han sido alcanzados por un misil lanzado desde un avión no tripulado. Los médicos del hospital Kamal Uduan, cerca de Yabalia, han informado de que ambos llegaron muertos al centro médico, que no ha recibido ninguna otra víctima de la agresión. En el centro de la franja de Gaza, un grupo de milicianos de Yihad Islámica han escapado ilesos de otro ataque al saltar del coche momentos antes de ser alcanzados por el misil. Previamente, ha muerto un hombre cuya casa, en la ciudad de Beit Hanun, se le ha derrumbado al ser alcanzada por un proyectil lanzado desde un carro de combate.
Otra de las víctimas mortales es un miembro destacado de las milicias de Hamás, Loai al Burnu, de 32 años, que conducía un automóvil por la calle al Yala de la ciudad de Gaza cuando ha sido alcanzado por un misil lanzado desde el aíre. El propio movimiento islámico ha anunciado su muerte en una octavilla distribuida en Gaza que Al Burunu, en la que dice que era un jefe de su brazo armado y un experto en la fabricación de explosivos. Poco después, un misil tierra-tierra disparado contra un grupo de palestinos que se encontraban cerca de una gasolinera al este del campo de refugiados de Yabalia ha matado a un chico de 19 años y ha causado heridas a otras cuatro personas.
Una baja del lado israelí
Otro palestino ha muerto a menos de un tirador de elite del Ejército israelí y un séptimo en un intercambio de fuego con una unidad de elite del Ejército israelí en el que un oficial israelí ha sido herido grave. Además, soldados israelíes respaldados por tanques abatieron anoche a un activista palestino cerca de Beit Hanun, donde ayer murieron dos mujeres que actuaban de escudos para permitir la huida de medio centenar de milicianos asediados por el Ejército en una mezquita. Ayer viernes fue el día más sangriento desde que comenzó la ofensiva con la muerte de 20 palestinos, los últimos nueve en una decena de ataques aéreos israelí que tuvieron lugar en menos de una hora.
Con todas estas muertes, ascienden a 44 los muertos palestinos, mientras que un soldado israelí murió el primer día de la invasión al ser alcanzado por disparos de milicianos palestinos. Según fuentes palestinas citadas por la radio pública israelí, al menos tres de los siete palestinos muertos hoy eran milicianos de Hamás. La radio pública israelí ha informado de que número de palestinos heridos supera los 150, de los cuales 20 se encuentran en estado muy grave. Israel ha explicado que esta operación, una de las de mayor envergadura desde la retirada de Gaza en 2005 tras 38 años de ocupación, tiene como objetivo detener los disparos de cohetes que se producen contra su población desde los territorios palestinos.
Un ataque aéreo acabó esta madrugada con la vida de un miliciano de Hamás, al que Israel relaciona precisamente con el lanzamiento de misiles. Beit Hanun, una ciudad de 30.000 habitantes, sigue bajo toque de queda, aunque hoy los soldados han anunciado con megáfono a la población que durante dos horas podrían salir de sus casas para comprar comida. Israel ha negado que someta a la población a un asedio. Los soldados están interrogando casa por casa a sus habitantes. Asimismo, han volado con explosivos varias viviendas cercanas a la mezquita central, que según el Ejército eran empleadas para guardar explosivos.
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