El presidente de Turkmenistán, Saparmurad Niyasov, murió hoy a causa de un paro cardíaco a los 66 años. En la capital, Achkabad, se reunió el consejo de seguridad para analizar cómo se puede asegurar la estabilidad en el país. Según la Constitución, los plenos poderes del presidente los asume hasta la celebración de nuevas elecciones el titular del Parlamento, Ovesgeldy Atayev.
AUTORITARIO. Niyasov gobernaba a la ex república soviética desde su independencia en 1990. (EFE)
Tras la muerte de Niyasov, politólogos rusos han advertido de que posiblemente haya una lucha por el poder entre los dirigentes del país. Un portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, explicó que el Kremlin cuenta con que haya continuidad en las relaciones bilaterales con la nueva cúpula de poder. Niyasov, jefe de Estado vitalicio y "Padre de todos los turcomanos", gobernaba Turkmenistán desde su independencia, en 1990. Bajo su gobierno autoritario, la ex república soviética, rica en yacimientos petroleros y de gas, quedó aislada del exterior. Niyasov, quien sufría problemas cardíacos desde hace tiempo, fue tratado por médicos alemanes. En 1997 se le implantó un bypass en una clínica especial de Múnich. Medios rusos habían informado en octubre de que su salud había empeorado rápidamente. En comparaciones internacionales sobre el estado de los derechos humanos y la democracia, Turkmenistán se encuentra en los últimos puestos. Sólo una pequeña elite saca provecho de los enormes yacimientos de gas del país.
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